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A Twenty One Pilots se le queda pequeño el WiZink Center

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Fotografía: twenty one pilots (Facebook)

Ayer sábado los nervios estaban a flor de piel y las expectativas bien altas ya que era la primera visita del dúo estadounidense a España en sus 10 años de carrera, sin contar la actuación del día de antes en Bilbao, también adscrita a su gira de promoción de su nuevo álbum ‘Trench’, el ‘Bandito tour’. Un WiZink Center colmado de personas, pista y gradas, no era consciente de la noche que le esperaba por delante.

Twenty One Pilots es ese grupo del que has escuchado varias canciones por todos lados y se te han pegado el resto del día sin saber quiénes son. Su música divaga entre el hip hop alternativo, el rock y el pop. Mezclan melodías electrónicas con ritmos de rock alternativo y se le suman constantes raps de Tyler Joseph y líneas vocales de increíble ejecución y que cortan a veces con voces más duras que rozan lo gutural, intercalando su voz con el piano o el bajo. Sin olvidar a Josh Dun a la batería, que es una síntesis entre una lavadora puesta al máximo de revoluciones en sus ritmos y un canguro que no deja de saltar en su sillín.

La banda abre el concierto con el primer tema que lanzaron para promocionar su disco, Jumpsuit. Así encendieron la mecha del público, que coreó la línea de bajo como si fuese una pista más de la grabación original. Hay que reconocer la entrega de los fans de la banda. Los versos de sus canciones eran rapeados al unísono de principio a fin por los fans más acérrimos y Joseph, por su parte, hacía muestra de su tremenda capacidad pulmonar. Al cantante se le ha llegado a comparar con Eminem y otros maestros del rap. El frontman, aunque no está claro cuál de los dos componentes es el líder puesto que ambos adquieren protagonismo clave, agarró el ukelele y su vestimenta más desenfadada para The Judge, We Don’t Believe What’s on TV y Lane Boy.

El dúo sabe lo que le gusta a su ejército de seguidores y no le tiembla la mano a la hora de dárselo. Tocaron la mitad del concierto temas clásicos de su repertorio como Ride, Stressed Out o Heatens, esas canciones de las que hablaba antes que se te pegan y no sabes de quién son. Aquí al servidor le faltó Heavydirtysoul, un chute de energía que sólo he podido contemplar en grabaciones en directo desde la pantalla de mi ordenador. Tampoco se olvidaron de su cometido, tocaron 11 canciones de 14 totales en su último disco.

 

A medida que su fama ha aumentado, su presupuesto se ha holgado y se ve reflejado en su puesta en escena. Al principio un coche en llamas que recrea el del vídeo de ‘Jumpsuit’, plataformas para batería y cantante que se elevaban casi a la altura del equipo de luces que conseguía dar una dimensión sinigual a las canciones. Además, montaron un mini escenario en el centro de la pista donde los que no estábamos en primera fila pudimos disfrutar de cerca de Neon Gravestones, Bandito y parte de Pet Cheetah. Tampoco se puede obviar Fairly Local, cuando un doble de Tyler Joseph nos engañó durante la canción cubierto con un pasamontañas hasta que apareció triunfante en mitad de las gradas el verdadero cantante y remató el tema.

Lo peculiar de esta banda es que son capaces de crear atmósferas completamente opuestas en un santiamén, pasando de una Chlorine llena de color y alegría a la sosegada Leave The City. Así lo demostraron en la última canción del concierto, Trees, con Joseph tan solo a la voz  y el sintetizador con el público cantando la letra hasta que la canción explota para dar paso a un apoteósico final de fiesta, luces y confeti.

En definitiva, al dúo estadounidense se le queda pequeño el escenario ¿cuándo se ha visto en una banda de tan sólo dos componentes que un arena se quede pequeño? El siguiente paso son los estadios y, además, es previsible que los veamos este verano por alguno de los macrofestivales de la geografía española ya que han hecho saber su intención de volver a España durante la actuación y ya están anunciados en algunas citas de verano de países vecinos. Se presentaron unos Twenty One Pilots sin duda más curtidos que en sus versiones anteriores. Con un show extremadamente medido y profesional que ha perfeccionado lo que ya se dejaba entrever en la época del ‘Blurryface’.

 

 

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