Si estás al frente de una empresa que crece poco a poco, probablemente sepas que un gran poder conlleva una gran responsabilidad, y que esa frase hecha se vuelve real a medida que hay que cumplir con las obligaciones.
El problema es que mientras muchas de las normativas a las que debe someterse tu emprendimiento o compañía ya las conoces, hay otras que no son tan populares y es precisamente ahí donde pueden aparecer problemas.
No son pocos los casos de emprendedores o empresarios de éxito que se duermen en los laureles, y olvidan ciertas legislaciones que parecen menores y no tienen fama, y cuando reparan en ellas es demasiado tarde.
En este artículo queremos detenernos, precisamente, en qué es AML o Anti Money Laundering y qué es KYC. Dichas terminologías son prácticamente indisolubles cuando se trata de la gestión económica de una firma.
¿Qué es Anti Money Laundering (AML)?
Como su nombre lo indica, AML es la prevención del blanqueo de capitales, la traducción más aproximada posible. Se trata de un concepto muy común en el mundo legal y financiero, que describe los variados controles que cada institución debe cumplir a fin de detectar, informar y prevenir actividades sospechosas del blanqueo de capitales.
A su vez, el blanqueo de capitales en el mundo de los riesgos financieros es la definición que refiere a los métodos orientados a darle apariencia de legitimidad a los bienes o activos obtenidos a través de actividades delictivas.
Hasta hace un par de décadas estas ideas no eran tan importantes como ahora, pero tras la entrada del grupo FATF o Financial Action Task Force, en 1989, se ha prestado mucha más atención a esos movimientos extraños. Especialmente desde el atentado a las Torres Gemelas, financiado en los EE.UU, hay un gran control al respecto.
La relevancia de KYC
KYC, o Know Your Customer, es el proceso fundamental a través del cual las empresas pueden conocer al cliente. Como compañía, tendrás graves inconvenientes si un cliente tuyo está lavando dinero y no te percatas de ello.
Puedes hacer todo lo posible para investigarlo una vez que esté en tu cartera, pero lo recomendable es asegurarte de que no tiene nada que ver con el blanqueo de capitales antes de entablar cualquier relación comercial con él.
Hoy en día, ninguna empresa seria permitirá que un cliente ingrese a su cartera sin antes realizar un exhaustivo proceso de tipo KYC, en el que confirme que el interesado cumple con todos los requisitos para poder sumarle.
Por lo tanto, podemos coincidir en que éste es uno de los grandes desafíos que le esperan a las compañías actuales, dado que el número de intentos de fraudes asociados al blanqueo de capitales está in crescendo.
Documentación básica de KYC
Entre los documentos clave del KYC, que tiene una versión online en el electronic Know Your Customer o eKYC, aparecen algunos como el carné de conducir, la dirección de correo del documento y, claro está, el pasaporte.
Eventualmente, si algo levanta sospechas, se podrán pedir otras documentaciones complementarias.
En cualquier caso, lo esencial es que seas consciente de que no puedes descuidar el KYC de tu emprendimiento. Contratar una empresa dedicada a estas tareas te liberará de omisiones que podrían poner en jaque tu negocio.
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