La princesa que besa al sapo y se convierte en príncipe. Todos soñamos con tener el bonito y eterno cuento de amor que llevamos leyendo desde pequeños. Pero llega un día en el que nos damos cuenta de que las historias que una vez nos llenaban de ilusión son simplemente eso, una ilusión. Y justo esto es lo que la psicóloga y autora Marta Martínez Novoa viene a explicar en su primer libro «Que sea amor del bueno».
Gallega de nacimiento, es graduada en piscología con una amplia formación en psicoterapia, trastornos de ansiedad, relaciones de pareja, violencia de género y autoestima. Es en 2020 cuando decide iniciar un proyecto como psicóloga autónoma en su ciudad natal. A la misma vez, se inicia, con el objetivo de divulgar información accesible sobre la psicología, en el mundo de Instagram donde ya cuenta con más de 300.000 seguidores.
Ahora, a través de su libro, la especialista explica la importancia de la responsabilidad afectiva a la hora de tener vínculos sanos. La responsabilidad afectiva es la conciencia de que cada acto que realizamos en un vínculo, sobre todo en las relaciones de pareja, tiene consecuencia en la otra persona. Martínez atiende a Infodiario por teléfono para conversar sobre este tópico poco conocido, pero muy necesario.
Pregunta. ¿La responsabilidad afectiva es algo exclusivamente actual o siempre ha existido, pero sin visibilidad?
Respuesta. La necesidad de la responsabilidad afectiva ha existido siempre, pero quizás no se le daba la importancia necesaria y se normalizaban las faltas de responsabilidad afectiva que han existido desde que el mundo es mundo y, de allí, la proliferación de las relaciones tóxicas.
P. Si a las personas con las que me relaciono les falta responsabilidad afectiva ¿es posible que a mí también me falte?
R. No tiene por qué, ya que no somos responsables de la falta de malos tratos de otras personas. Sí es verdad que la responsabilidad afectiva no es solo hacia los demás, sino también hacia uno mismo. Si nos encontramos a nosotros mismos encadenando una y otra vez relaciones donde a la otra persona le falta responsabilidad afectiva, es interesante ver si nosotros nos estamos priorizando, nos estamos cuidando y escuchando. Es decir, no conformarnos con menos de lo que merecemos y cortar aquellos vínculos donde no hay responsabilidad afectiva. Todo esto, siempre teniendo en cuenta de no vivir desde la culpa si no desde que nosotros mismos tenemos, afortunadamente, mucho que hacer hacia estas faltas de responsabilidad afectiva.
Marta Martínez Novoa: «Tener una autoestima alta es tener una autoestima sana»
P. ¿Son necesarias las relaciones no afectivas? En el sentido de aquellas que no tienen un vínculo emocional más o menos permanente.
R. Depende de qué quieres cuando estás en una relación, en qué momento estás de tu vida, qué prioridades tengas… En realidad, en cualquier relación que se extienda mínimamente en el tiempo con cierta cercanía se mueven afectos, aunque a veces no sean afectos de amor, pero sí hay ciertos afectos y, de ahí, la importancia de la responsabilidad afectiva.
P. A todos nos gusta que nos regalen los oídos de vez en cuando ¿Esto es un mecanismo más de la manipulación y la irresponsabilidad afectiva?
R. Pues depende de lo que se busque con ello. Si con «regalar los oídos» lo que se busca es algo diferente que simplemente cuidar a la persona, pues sí. Si lo que buscamos es generar control y poder sobre la otra persona a través de un enganche a esas cosas bonitas que tú le estas diciendo entonces es manipulación.
P. En el libro comentas que tener baja autoestima puede ser problemático para una relación, pero ¿también lo es si se tiene un exceso de autoestima?
R. Depende de lo que entendamos con tener demasiada autoestima. En general, solemos pensar que tener una autoestima alta es algo malo, algo relacionado con sentirse por encima del bien y del mal, sentirse por encima de las otras personas y no es así. En realidad, tener una autoestima alta es tener una autoestima sana, en el sentido de, saber priorizarnos sin pisar a los demás, aceptarnos con nuestras luces y sombras. Entonces, entendiendo así la autoestima alta no sería nada negativo al generar vínculos sanos. Pero es verdad que muchas veces cuando hablamos de tener demasiada autoestima en realidad nos estamos refiriendo al narcisismo, que es un tipo de trastorno psicológico o pueden ser rasgos que tienen ciertas personas. La supuesta alta autoestima de una persona narcisista no es más que un maquillaje de una autoestima muy deficiente que se compensa mostrándose a través de esa cara de ser mejor que nadie. Y es verdad que, si estamos ante este caso, sí que es casi imposible tener una relación sana o directamente imposible, porque estas personas tienen las relaciones de manera utilitarias.
P. ¿Qué opinas de las aplicaciones para ligar? ¿Se están dejando de lado aspectos importantes de lado? ¿Deberían reinventarse?
R. Creo que los más importante sería estudiarlas y estudiarnos a nosotros mismos para que sepamos hacer un uso responsable de ellas, entendiendo que son una herramienta más pero no la única que existe. Es verdad que estas aplicaciones tienen elementos que quizás no sean los más sanos. Al final es como elegir a las personas a la carta, basados casi exclusivamente en un físico. Es importante utilizarlas teniendo nuestra autoestima muy bien trabajada para no validarnos desde lo que ocurra en esa aplicación. Es decir, no sentirnos más válidos porque nos elijan 100 personas, por poner un ejemplo, ni sentirnos menos válidos porque no nos elija nadie o porque no hablamos con nadie. Y, sobre todo, aunque estemos en una aplicación y conozcamos a la persona virtualmente y no le estamos viendo en frente, que no olvidemos que esa persona tiene sentimiento igual que nosotros mismos, que no conocemos su situación y precisamente por ello es importante hablar con claridad de lo que buscamos y esperamos de la aplicación para evitar malos rollos y malentendidos.
Marta Martínez Novoa: «Lo primero para mejorar la responsabilidad afectiva es ser honestos con nostros mismos»
P. ¿Qué relación deberíamos tener con las redes sociales para que tengan un impacto positivo en nuestras relaciones y cómo podemos conseguirlo?
R. La clave es utilizarlas como un medio más para comunicarnos y no como un medio que nos haga evitar ciertas situaciones que se pueden dar en los vínculos de manera directa. Por ejemplo, lo típico de poner indirectas en las redes sociales, así como un mensaje pasivo-agresivo hacia la otra persona, lo que hace es evitar el conflicto directo, cuando ese conflicto si se gestiona de manera adecuada puede ser una oportunidad para crecer, poner límites y solucionar un problema que puede estar en la relación. Y tampoco utilizarlas como un arma de manipulación, ahora te bloqueo, ahora le doy «me gusta» a esta persona porque igual te fastidia. Lo interesante es utilizarlas como un medio de comunicación, pero no llevarnos las faltas de responsabilidad afectiva hacia allí porque las redes sociales bien utilizadas tienen un potencial de agente transformador de la sociedad.
P. ¿Qué primer paso debe dar una persona para mejorar en su responsabilidad afectiva?
R. Lo primero es ser honesto con uno mismo. Saber cuáles son nuestras heridas emocionales, lo cual es complicado, con lo que yo siempre recomiendo, en la medida de lo posible, acudir a terapia. Estas heridas emocionales suelen ser inconscientes y, al final, sin quererlo, salpica a los demás y nos salpica a nosotros avocándonos a repetir patrones muy disfuncionales en nuestras relaciones. Y luego, por supuesto, ser honesto con la otra persona sin culpas, sin miedo a qué pensará, tratando de evitar dinámicas de poder, etc. Y recordar que en el momento en el que un vínculo no nos suma, tenemos derecho a cortarlo.
¿Qué es la responsabilidad afectiva?
La responsabilidad afectiva es la conciencia de que cada acto que realizamos en un vínculo, sobre todo en las relaciones de pareja, tiene consecuencia en la otra persona.
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