La Comunitat Valenciana ha alcanzado este sábado la mayor cifra registrada desde marzo, con 1.690 casos de coronavirus, según ha señalado este sábado el president de la Generalitat, Ximo Puig, en una comparecencia institucional donde anunció el toque de queda a nivel autonómico.
La conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública ha anunciado que la provincia más afectada es València, donde se han notificado 911 casos positivos en estas últimas 24 horas, seguida de Alicante con 638 casos y Castelló con 133. La cifra total de personas contagiadas en la Comunitat se sitúa en 55.568 personas desde el inicio de la pandemia.
Muchos de los nuevos casos son asintomáticos y un porcentaje elevado son jóvenes, pero el president ha anunciado que no se puede «cerrar los ojos» ni esperar a «estar peor para reaccionar». Ahora se cuenta con un “mayor escudo” de protección, con 1.469 rastreadores, 10.000 sanitarios de refuerzo, el «doble» de camas hospitalarias y «una gran capacidad» para hacer pruebas PCR.
El número de hospitalizaciones valencianas crece también con 838 personas ingresadas, 125 de ellas en la UCI, aunque son “una tercera parte” de las que había hace seis meses. En cuanto a los brotes, el más numeroso se ha registrado en Massamagrell y es de origen laboral, aunque los focos de origen social siguen siendo el mayor de los problemas.
El repunte de contagiados por Covid-19 de estas semanas puede corresponder a los contactos del puente festivo del 9 al 12 de octubre, donde muchos valencianos aprovecharon para salir de viaje y multiplicaron sus relaciones sociales.
La Generalitat, sin embargo, defendió que la tasa de coronavirus respecto al total de PCR (el 9,4%) estaba por debajo del conjunto de la media nacional, que supera al diez por ciento. Además, Ximo Puig anunció el pasado 19 de octubre la contratación de doscientos nuevos rastreadores que se sumarán a los más de mil que hay actualmente.
¿Dónde queda “el milagro valenciano”?
El «milagro sanitario valenciano» del que se hablaba a finales del mes de septiembre ha desaparecido. La Comunitat Valenciana registraba una menor incidencia de casos de coronavirus que el resto de comunidades del país, con 105 positivos por cada 100.000 habitantes. Se presentaba como una de las autonomías que mejor estaba gestionando la segunda oleada de la Covid-19, tras Canarias, según el Ministerio de Sanidad.
La vigilancia precoz y la investigación activa de casos se presentaban como estrategias exitosas y fundamentales para controlar la transmisión del virus, ya que “cada vez detectamos más y lo hacemos de manera más rápida”, explicó la consellera de Sanitat, Ana Barceló, en una rueda de prensa el 5 de octubre.
En esta misma rueda de prensa, Barceló facilitó los datos sobre uno de los mayores brotes de coronavirus de València, detectado en la residencia Galileo Galilei, debido a una fiesta ilegal que se celebró en la terraza del colegio mayor. La cifra de infectados ascendió a 168 positivos, según la Conselleria de Sanitat, lo que obligó a la Universidad Politècnica de València (UPV) a suspender las clases presenciales durante dos semanas.
La UPV retomó las clases el lunes pasado tras contener el brote y ayer, seis días después, se anunciaron las medidas de restricción de movilidad nocturna y la limitación de las reuniones sociales, que se mantendrán hasta el 9 de diciembre.
El «milagro sanitario valenciano», a la vista de los hechos, no ha sido suficiente para frenar la cifra récord de infectados en la Comunitat. Con estas nuevas medidas, Puig pide a los ciudadanos que vuelvan a “los niveles de precaución” que permitieron ir reduciendo el número de hospitalizados de 2.200 a 51, en mayo y junio.
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