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Historia del boxeo femenino, la nueva tendencia de entrenamiento

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Mujer practicando boxeo, Historia del boxeo femenino, la nueva tendencia de entrenamiento. Foto cedida.

Indudablemente el boxeo es uno de los deportes más importantes del planeta, uno que se practica alrededor del mundo, a todas las edades, y que no sólo tiene como fin último la profesionalización de aquel que se dedica a esta disciplina, sino también el entrenamiento como actividad que permita mantener una mejor condición de salud, fortalecer los músculos, trabajar la concentración, etc.

En este sentido, es notable el avance femenino que se ha producido en la materia, con cada vez más mujeres que han adoptado el boxeo como su ejercicio físico habitual, encontrando en él una muy interesante alternativa a otros deportes que, a lo largo de la historia, se ven como «femeninos».

Y con el creciente número de ellas que averiguan sobre los productos en su tienda online boxeo preferida, creemos que éste es el momento adecuado para repasar un poco los orígenes del boxeo femenino, esta nueva tendencia en entrenamiento que suma y suma adeptas en España.

El nacimiento del boxeo femenino

Si bien los primeros datos de la existencia del boxeo son anteriores, el boxeo femenino dio en la historia aquellos primeros pasos previos a su institucionalización a comienzos del siglo XVIII, probablemente algo antes de lo que pensabas, lo que habla a las claras de la gran cantidad de años que lleva vigente.

Fue aparentemente en la década de los años veinte de aquel siglo que las mujeres se iniciaron en el boxeo como lo conocemos hoy en día, cuando el deporte ya era bastante popular entre los hombres, y se habían aclarado las primeras reglas, algunas de las cuales permanecen presentes, y otras ya eliminadas.

Las primeras demostraciones del boxeo se ubican en el continente africano, más precisamente en el territorio de Etiopía, donde la lucha no reglamentada entre dos contendientes era habitual entre los integrantes de algunas tribus locales, lo que llamó la atención de los conquistadores ingleses, que rápidamente decidieron trasladar esa práctica al viejo continente, en algún punto del siglo XVII.

Para el siglo XVIII, los hombres británicos ya boxeaban con regularidad para pasar el tiempo, y no faltaron tampoco audaces mujeres como Elizabeth Wilkinson, quien se transformó en la primera exponente de este deporte, incluso a pesar de las críticas que le llovían por esta inclinación.

Hacia finales del siglo XIX el boxeo había arribado a los Estados Unidos en los numerosos barcos que llegaban desde Europa, y se estima que en 1876 se produjo el primer combate entre mujeres. Por aquellos días, las principales peleas ocupaban los periódicos y la atención del público.

Paradójicamente, la Asociación de Boxeo Amateur del Reino Unido le prohibió a las mujeres que practicaran el boxeo, lo que aumentó mucho su popularidad entre ellas, quedando instaurado a posteriori como un deporte por el que van tanto mujeres como hombres en todo el planeta.

Por último, imposible dejar de mencionar a otra figura clave en la fama del boxeo en su historia, Barbara Buttrick, estrella de la televisión norteamericana de los cincuenta, quien peleó varias veces contra hombres, siendo derrotada en apenas una ocasión, y convirtiéndose en todo un hito de este deporte.

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