Las encuestas publicadas antes del 28 de abril auguraban malos resultados para Unidas Podemos. De hecho, el último CIS de Tezanos en marzo con motivo de los comicios le otorgaba un reparto de entre 28 y 34 escaños. El resultado final ha sido 42, mejor de lo esperado pero lejos de los 71 que sumaron en 2016 Unidos Podemos (45) junto En Comú Podem (12), Compromís (9) y En Marea (5). A la bajada de la formación hay que añadir el sorpasso de Ciudadanos, ocupando la de Pablo Iglesias el cuarto puesto en el nuevo panorama político. Las malas noticias para el partido, que provocaron un rastro serio en los escasos minutos de declaración, pasaron a un segundo plano destacando la amplia mayoría de izquierdas que conformará el próximo Congreso de los Diputados. Un resultado «suficiente» el de estas elecciones para un Iglesias que durante toda la campaña ha tendido la mano a Sánchez para formar el próximo gobierno.
Decenas de cámaras y periodistas esperaban desde las siete y media de la tarde a la entrada de Pablo Iglesias por una de las puertas del Teatro Goya, sede escogida por Unidas Podemos para realizar el seguimiento electoral. Un escenario tranquilo donde solo había prensa y más prensa, inquieta ante las primeras declaraciones para hacer balance de la participación en los comicios, la sexta más alta de la democracia. Por allí no llegaba nadie hasta que a las 20:40 horas arribó Pablo Iglesias junto a Irene Montero. El candidato a la presidencia solo se dignó a enviar una sonrisa a los periodistas presentes y evitar preguntas. Sabía que se jugaba mucho su formación y que el PSOE podría arrebatarle el «voto útil» de la izquierda y quedar en una mala posición. Por eso, era mejor esperar a los resultados.
El clima era de expectación. Fue una noche histórica se mire por donde se mire. Las pantallas de televisión que tenían a La 1 eran el foco de atención mientras, en la sala contigua a la de prensa, estaban los dirigentes morados siguiendo la noche. Llegados casi al 30% de los votos escrutados, Unidas Podemos no lograba pasar de los 39 escaños. De repente, un conjunto de aplausos y gritos de emoción salían de la sala. ¡Ya se posicionaba con 40! Y eso aliviaba. Pasados 20 minutos, la alegría hacía presencia de nuevo. La formación le quitaba dos diputados a los socialistas y se situaban en 42, cifra de la que no se iba a mover en toda la noche.
La noche continuó y todo seguía su cauce tranquilo. Inesperadamente, un ruido se acercaba al Teatro. Cada vez más fuerte. Era el sector del taxi, que llegaba entre pitidos, globos y luces moradas. «Estamos aquí para agradecer a Podemos el apoyo que nos ha dado frente a las multinacionales y por pensar en los servicios públicos y en toda la ciudadanía. Lo que necesita el pueblo es lo que propone Unidas Podemos. Hay mucha desinformación y muchos prejucios ante la formación mordada», contaba uno de los conductores a InfoDiario.es. «Sí se puede», gritaron al unísono los taxistas parados en la carretera, que provocaron el momento más importante de la noche. Responsables del equipo de Iglesias salieron para darles las gracias y unirse a ellos.
Ya solo quedaba la declaración del candidato para hacer valoración y autocrítica de la pérdida signicante de votos respecto a las elecciones de 2016. Junto a su equipo, compareció antes que Sánchez, Casado y Rivera, que lo hicieron a la vez. Destacó positivamente que el peso parlamentario del bloque progresista supera al de las tres derechas. Respecto al resultado obtenido, no hubo autocrítica sino que lo consideró «suficiente para frenar a la derecha y a la extrema derecha y construir un gobierno de coalición de izquierdas. Toca trabajar con mucha discreción».
Tras las elecciones, toca analizar por qué ha bajado tanto la formación. En buena medida, uno de los factores de la pérdida de voto de la ciudadanía ha sido el voto útil para frenar la irrupción de Vox, que se ha declinado por el PSOE. También cabe destacar las crisis internas de los últimos meses en el partido e incluso el tema del chalet, a pesar de que en numerosas ocasiones Iglesias lo ha justificado con una hipoteca a 30 años. Es el momento de reflexionar por qué Unidas Podemos fue una de las perdedoras de la noche junto al PP. Habrá que ver en los próximos meses si Sánchez forma un gobierno en solitario o la formación morada forma parte del él -o Ciudadanos, que Sánchez no se ha pronunciado-. Los votos de Unidas Podemos, pese a ser menos que en 2016, son necesarios para el apoyo de un Gobierno progresista de Sánchez. La izquierda ha ganado estas elecciones y de ellos depende la duración de la legislatura.
Los de Iglesias esperaban una representación parlamentaria fuerte para que así fuera más fácil la participación en el Gobierno, pero tras los resultados obtenidos (123 del PSOE frente 42 de Unidas Podemos) la cosa parece algo complicada. Tocan unos meses intensos y claves para el partido. Ir «Unidas» y salir con fuerza. Porque esto no ha hecho más que empezar. Las municipales, autonómicas y europeas, están a la vuelta de la esquina. Y se juegan mucho.
Foto: Brian Bujalance (InfoDiario.es)