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Adaptación y supervivencia, las caras de la dislexia

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Dislexia
Presentación de la campaña Madrid con la Dislexia

“Me cuestan algunas cosas en el cole, pero lo sigo intentando”. “Me aprendí las partes del corazón por colores pero suspendí el examen porque estaba en blanco y negro”. Sentía que mi cerebro era diferente al de los demás”. “La escolarización fue muy dura”. Estas son las Caras de la Dislexia, una campaña impulsada por la asociación Madrid con la Dislexia que busca la concienciación sobre esta forma diferente de aprender que afecta a 800.000 alumnos españoles.

La Dislexia es una dificultad específica del lenguaje que se manifiesta especialmente en la lectoescritura, una herramienta fundamental hoy en día y que para estos niños supone “sufrimiento”, explica María Sanz-Pastor, presidenta de la asociación.

La dislexia es solo otra forma de aprender que no se comprende a través del lenguaje, por esta razón estos niños suelen ser muy creativos y encuentran diferentes caminos para adaptarse. El principal problema es un sistema educativo rígido que no está preparado para esto. Por ello, María insiste en la importancia de una detección precoz y en la puesta en marcha de herramientas que mejoren sus capacidades.

El próximo 10 de octubre se celebra el Día de la Dislexia en Europa. Por ello la asociación Madrid con la Dislexia ha querido iniciar una semana dedicada a la concienciación y sensibilización sobre esta dificultad que afecta al 10% de la pobrlación. Desde la organización han buscado caras visibles que cuenten cuál fue su experiencia con la dislexia y cómo lograron superarla.

Una de esas caras visibles es Juan del Val, escritor y colaborador en distintos medios, que descubrió que tenía dislexia cuando se lo detectaron a su hija. El escritor explica que lo más importante es “tomárselo con normalidad”. Tener dislexia no significa ser especial, “tienes una debilidad y potencias la fuerza por otro lado”. Además, ha querido insistir en que es fundamental la concienciación de la sociedad.

Juan Carlos Ortega también tiene dislexia. Explica que cuando era pequeño sentía que su cerebro funcionaba de forma diferente a los demás, “que estaba apagado”. La solución de Juan Carlos fue aumentar esas luces que tenía para iluminar la parte apagada. Sin embargo, cuando era pequeño y pensaba en el futuro “solo imaginaba las dificultades que iba a tener, pensaba que todo se me daba mal”. Hoy Juan Carlos es humorista, locutor de radio y ha escrito tres libros además de recibir un Premio Ondas. “Aprovechas esa diferencia para hacer algo diferente”. Y eso hizo, creó un oficio a “su modo y con sus reglas”.

Para Luz aún queda mucho por hacer, lo hasta ahora conseguido es solo “una semilla” que tiene que crecer hasta convertirse en árbol. Luz Rello también tiene dislexia y recuerda la escolarización como una etapa “muy dura”, tuvo que ir adaptándose a un sistema que no terminaba de entender. Contra todo pronóstico Luz estudió Lingüística. “Me acabó fascinando el lenguaje -explicaba-, comprender las reglas de aquello que no lograba entender era como poner orden en el desorden”. Después de acabar la carrera se fue a Londres donde comenzó a estudiar programación para finalmente ser Doctora en Informática.

Actualmente, Luz y su equipo son pioneros en la creación de un test que es capaz de detectar la Dislexia. Dytective for Change Dyslexia se ha implantado en 107 colegios de la Comunidad de Madrid donde ha habido un 100% de participación por parte del profesorado y los alumnos. Sin embargo, estos colegios representan solo un 13% del total, por lo que el objetivo de esta asociación es conseguir que Madrid sea la primera Comunidad Autónoma libre de barreras de dislexia.

El sistema que se ha implantado en estos colegios consta de tres partes: detección, formación y apoyo, a lo que se suman tres sesiones de formación para el profesorado antes, durante y después del diagnóstico de dislexia. Aunque son avances importantes, desde la asociación reclaman que “queda mucho por hacer” además de la expansión de este sistema a todos los centros educativos, un objetivo a conseguir es la adopción de la prueba de acceso a la universidad (EBAU). “Es la pinza que nos falta”. María explica que con protocolos de actuación en los colegios y en la universidad hace falta que se adapte también esta prueba para que haya igualdad de oportunidades.

Foto: InfoDiario

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