El pasado 4 de marzo .Polar llenó, cumpliendo a la perfección las medidas sanitarias, la Sala Moby Dick de Madrid, demostrando que la cultura realmente es segura y que, además, se trata de un sector que nos necesita más que nunca.
El grupo dio una admirable lección de música y naturalidad en un ambiente familiar de puro rock actual, sacando por fin a la luz su nuevo disco, A lighthouse that wants to be, del que os hablamos un poco más a fondo en la divertida entrevista que el grupo nos concedió hace un par de días.
.Polar tampoco se olvidó de inundar la sala de recuerdos con canciones de su anterior disco Remembering a dreamless night, de las que dedicó una de ellas a su antiguo compañero y amigo Alex Gas, a quien le conmovió verlos de nuevo subidos en un escenario. Además, no fue sólo a él, sino que el concierto estuvo repleto de agradecimientos. Sin duda, algunos de los más conmovedores fueron los que el vocalista del grupo, Alberto, dedicó a su abuela, recientemente fallecida y con la que compartía un cariño especial.
No podían olvidarse de personas que forman parte de la familia que han creado durante toda su trayectoria. Entre ellos, David, el manager que los ha impulsado en este viaje y que ha confiado en ellos desde el principio, al que le dedicaron el single Sundress.
Desde los asientos desde los que la pandemia no permite despegarse, los espectadores “saltaron”, “bailaron”, “gritaron”, y sobre todo disfrutaron de canciones como Astronauts, Lux… Y no pudieron evitar soltar alguna que otra lágrima con The night you thought you´d miss it all.
Si este disco ya de por sí ha demostrado que el cohete en el que se ha montado la banda no ha hecho más que despegar, con este concierto se ha evidenciado que lo que .polar trae va a estar repleto de sorpresas y ganas de hacer a su público disfrutar.
Un concierto lleno de adrenalina, buen rollo y conexión, algo que la banda, además de tener entre ellos, sabe transmitir muy bien a sus oyentes.
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