¿Es posible sobrevivir a una relación a distancia? Si bien las relaciones en su estado “normal” no son nada fáciles de llevar, sumando kilómetros de por medio se pueden convertir en una tarea realmente difícil de conseguir, pero no imposible. Puede parecer que en el mundo globalizado y avanzado en el que vivimos, es muy fácil llevar una relación a distancia a través de las miles de plataformas electrónicas con las que se cuentan, pero la realidad es que no es así.
El problema empieza cuando te das cuenta que estar conectados por redes sociales no sacia la ausencia física, y mucho menos si ya te habías acostumbrado a su presencia con anterioridad, y digo esto porque la mayoría de parejas que se arriesgan a llevar este tipo de relaciones han disfrutado de su pareja sin kilómetros de por medio previamente.
Para cubrir esta presencia física de la que hablamos, son muchos los esfuerzos que hay que poner, pero como dice Pablo Neruda “¿Sufre más aquel que espera que aquel que nunca esperó a nadie?’
Según el estudio más sólido hasta la fecha sobre la duración de las parejas que conviven juntas frente a las que lo hacen por la vía físicamente distante, las parejas que viven cerca duran de media 7,3 años mientras que las relaciones a distancia tienen una vida media de unos 3,2 años. Pero, por otro lado, varios estudios han demostrado que las relaciones a distancia muestran una mayor estabilidad emocional que las que viven juntos.
No es fácil ver cómo tu pareja forma parte de una rutina en la que no estás físicamente incluido, pero lo cierto es que las parejas a distancia suelen tener mucho más presente a su pareja en el pensamiento que aquellos que se ven todos los días. De hecho, estas parejas tienden a idealizar su relación a menudo, lo que las hace mucho más soñadoras. Además, cuando se producen los encuentros, ambos ponen mucho más de su parte para que todo vaya bien, ya que son pocos los días que van a disfrutar de su tiempo juntos.
Sin duda, las herramientas clave para ser capaces de llevarlo son la comunicación y la confianza, aunque en ocasiones, es muy fácil pronunciar estas dos palabras, pero no lo es tanto llevarlas a cabo.
Si las relaciones a distancia tienen esta fama de difíciles es por algún motivo. Entre otras cosas, el teléfono móvil puede parecer una herramienta ideal para ayudar a una pareja a distancia, pero no podemos estar pendientes de él las 24 horas de los 7 días de la semana (24/7) y crearnos una dependencia, como tampoco podemos expresarnos mediante él de la misma forma que lo haríamos en persona, y esto hace que a veces la comunicación falle. No se puede mentir, habrá momentos muy difíciles en los que te sentirás muy triste, y cada despedida será más dura que la anterior, no os creáis eso de que con el tiempo te vas acostumbrando, pero sí que es cierto que hay abrazos que merecen todos los kilómetros.
Además, para que funcione, tendrás que tener claro que tu vida gira alrededor de esta relación, desde organizar qué días te tomarás libre en el trabajo o en los estudios para verse. Todo requiere de mucha coordinación y organización, y también dinero, el cual se irá en trenes, aviones, buses o coches.
Las relaciones a distancia crean miedos: miedo a perder a esa persona, miedo a no saber llevar la relación… y son estos miedos los que las hacen difíciles de controlar, así que la clave, tal y como dijo Alejandro Jodorowsky, es controlar tu mente.
“Tu miedo termina cuando tu mente se da cuenta de que es ella la que crea ese miedo”
Y como dice Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York, cada matrimonio debe de tener la libertad de poner sus reglas, y afrontarlas juntos. Y sobre la distancia: “siempre que nos vemos todos los meses de espera siento que han merecido la pena”.
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