La XXIII edición de La Liga Promises reúne entre el 27 y el 29 de diciembre en Arona (Tenerife) a jugadores sub-12 de los clubes más relevantes del panorama nacional e internacional.
Todas las Navidades se dice que el fútbol para en España. Sin embargo, esta afirmación solo es cierta a medias. Y es que, con el parón liguero, los mayores dejan paso a los menores, que cada año por estas fechas disputan el prestigioso torneo de La Liga Promises. Como en ediciones anteriores, este año el torneo, que finaliza hoy, se está disputando en la localidad tinerfeña de Arona.
En esta edición el formato del torneo consistía en cuatro grupos compuestos por cuatro equipos. Los dos primeros de cada uno accedían a los cuartos de final, en el que los primeros se cruzaban con los segundos. Después, semifinales y final. En esta ocasión, en vez de apostar por un torneo conformado por los veinte equipos de Primera División, la organización apostaba por invitar a equipos extranjeros de renombre como la Juventus o el PSG, así como al exótico Abu Dhabi Team.
La fórmula parece haber resultado, y los jóvenes españoles y extranjeros están protagonizando un torneo caracterizado por el fútbol de toque, la emoción, la igualdad y, lo más importante y buscado con estas iniciativas, el «fair play». Disputados los cuartos de final esta mañana, el torneo nos deja dos semifinales muy distintas. La semifinal internacional nos deja un PSG-Inter mientras que en la nacional se enfrentan el Betis y el Real Madrid.
Esta tarde, el desenlace de un torneo que está mostrando que el fútbol no necesita realizar promesas de Año Nuevo. Y es que sus promesas están en Arona.
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