Las personas jóvenes son las que están sufriendo con mayor intensidad las consecuencias de la crisis económica de la pandemia tras el confinamiento. Así lo ha revelado un estudio del Consejo de Juventud, que indica una caída de casi siete puntos en la tasa de empleo dentro de este colectivo situándose en un 33,5%.
La crisis económica derivada de la pandemia está siendo un reto a afrontar por la mayoría de países del globo. La economía española se vio especialmente afectada dada su estructura productiva, dependiente del sector servicios, especialmente del turismo. Sectores que han sido los más perjudicados por las restricciones sanitarias.
Los jóvenes ya eran un colectivo vulnerable antes de la pandemia y, tras las las consecuencias derivadas por la pandemia, han sido también los más afectados por la crisis económica. Actualmente un tercio de la población de entre 16 y 29 años está empleada. El 66% restante, se reparte entre población inactiva (el 52,1%) y población en paro (14,4%).
Según el Consejo de Juventud, casi el 30% de la población joven activa se encuentra en situación de ERTE. Esto encuentra su explicación en que la posibilidad de trabajar en un sector que ha cerrado es mucho mayor en los jóvenes (19,4%) que en las personas mayores de treinta años (11%). A esto se une falta de ahorros que respalden esta situación ya que los jóvenes no cuentan con un “colchón” que les ayuden a subsistir.
Otro de los datos más llamativos es la caída de los empleos estacionales de verano. Un reclamo habitual entre los jóvenes que aprovechan el fin del curso escolar para incorporarse al mercado laboral, coincidiendo además con la temporada alta del turismo. Este año, el empleo estacional juvenil ha caído un 14,1% respecto al 2019.
En definitiva, con una situación de vulnerabilidad previa a la crisis los jóvenes han sido los más golpeados tras la pandemia. Según el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, el empleo joven se define en nuestro país por su temporalidad, precariedad, sobrecualificación y sus bajos sueldos.
Vulnerables en lo económico y lo psicológico
Las consecuencias no han sido solo económicas. Durante el confinamiento la población en general experimentó cambios a nivel psicológico. En un informe realizado por un conjunto de investigadores de varias universidades (Universidad del País Vaso, UNED, Universitat de Barcelona, Universidad de Granada, Universitas Miguel Hernández y Universidad de Murcia) se analizaron estas consecuencias psicológicas derivadas del confinamiento y de la pandemia del coronavirus.
El estudio revela que el 53% de los jóvenes (18-34 años) aprecia un empeoramiento de su malestar psicológico, frente a un 44% entre las personas de entre 35 y 60 años. También son los jóvenes los que acusan más sentimientos depresivos o pesimistas, situándose en el 49%.
En general, se trata del grupo más vulnerable a nivel psicológico -junto a las personas de riesgo o desempleadas a causa de la pandemia- y los que reportan un nivel más alto de incertidumbre.
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