El presidente de Indonesia, Joko Widodo ha anunciado este lunes que la nueva capital del país se situará en la isla de Borneo. Las obras de construcción de la nueva urbe darán comienzo en 2020 entre las ciudades de Balikpapan y Samarinda.
Widodo o Jokowi, como es conocido en el país indonesio, fue reelegido el pasado abril por sus ambiciosos proyectos. Entre ellos se encontraba materializar la idea que llevaba años debatiéndose en el país, el traslado de la capital. El proyecto se estima que costará cerca de 466 billones de rupias, lo que se traduce en una ambiciosa inversión de más de 29.000 millones de euros. La mayor parte de la cuantía será aportada por inversores privados de manera que únicamente el 19% de la obra estará financiado directamente por las arcas públicas del estado.
La localización escogida, será finalmente la parte indonesia de la isla de Borneo, en el este de Kalimantán entre las ciudades de Bailpanan y Samarinda. Esta isla que comparte su territorio con los estados de Malasia y Brunéi, acogerá inicialmente a un millón y medio de personas a partir de 2024. Esta reforma se aplicará únicamente en el sector administrativo del país, ya que Yakarta se mantendrá como centro financiero.
El presidente indonesio, ha expuesto las razones que han llevado ha elegir este lugar como el idóneo para ubicar la nueva capital. Principalmente responde a motivos naturales, ya que la isla de Java, en la que se encuentra Yakarta, sufre a menudo desastres naturales como tsunamis, terremotos y erupciones volcánicas. Además, el Gobierno espera que esta medida ayude a diversificar la economía del país y reducir las diferencias entre las distintas regiones.
En conclusión, se trata de una decisión necesaria y que debía tomarse con cierta urgencia debido a la gran masificación de la ciudad. Aunque el hecho que resulta más preocupante es que la ciudad se hunde como consecuencia de las caseras perforaciones en el suelo en busca de agua. Por ello, se espera que al trasladar el centro administrativo se reduzca su población y estos problemas mengüen en la medida que sea posible.
Sin embargo, la medida no ha quedado al margen de las críticas que señalan los problemas naturales que también la isla de Borneo enfrenta como la deforestación. La decisión, también ha sido rechaza por algunos críticos que la identidican con el programa transmigrasi del periodo colonial. Esta buscaba trasladar los habitantes de las zonas más pobladas a las que menos lo estaban, sin atender a ningún tipo de criterios, estos acontecimientos generaron un fuerte rechazo por parte de los autóctonos que los calificaban de «javanizadores», lo que se tradujo en un auge de los movimientos separatistas. Jowoki, ha desmentido esta acusación asegurando que se trata de un símbolo de su progreso como estado.
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