La subida de las temperaturas y la relajación de las restricciones impuestas para contener la propagación de la COVID-19 ha motivado que buena parte de la población se eche a las calles con el calor veraniego.
Y es que, poco o nada importa el plan que se vaya a ejecutar, pues el clima permite llevar a cabo un sinfín de actividades al aire libre, ya sea en la playa, en la montaña o sin moverse de la ciudad, pues durante estos calurosos días de junio las terrazas también están repletas.
Sin embargo, cuando el termómetro comienza a subir no solo se multiplica la presencia de los humanos en la calle, sino que también la de los insectos y otras especies animales que, al igual que el ser humano, encuentra estas altas temperaturas de lo más agradables.
De hecho, “uno de los casos más estudiados es el de los mosquitos, ya que a partir de los 28 o 29 grados de temperatura su reproducción se multiplica, dando lugar a las indeseadas plagas. Pero no solo eso, sino que por cada grado que se incrementa el termómetro, a partir de las temperaturas anteriores, su ciclo de vida se incrementa en un 50%” comentan desde Arancontrol, empresa con más de 30 años de experiencia en la prestación de servicios relacionados con la higiene y desinfección.
Por tanto, y según lo comentado anteriormente, el hecho de que durante el verano se vean más insectos no se debe a que las personas están más tiempo en el exterior, sino que está demostrado que diferentes especies de mosquitos, moscas o avispas, por mencionar solo algunas, se reproducen mucho más con las altas temperaturas, algo que, además de resultar de lo más incómodo puede acarrear serios problemas para la salud de las personas.
Pero no solo el calor veraniego favorece la proliferación de estas especies, sino que “las tormentas veraniegas agravan aún más la situación, puesto que los charcos que se forman constituyen un lugar perfecto para que algunas especies desoven”.
Para hacerse una idea aproximada de la magnitud del problema, basta con conocer un dato, que una hembra de mosquito pone una media de 400 huevos, y, aunque no todos alcancen la edad adulta, lo que está claro es que la población aumentará tan rápidamente que lo que a priori pudieran parecer unos simples mosquitos inofensivos, en poco tiempo podría transformarse en una peligrosa plaga que impida disfrutar del exterior.
Los expertos lo tienen claro, y aseguran que lo peligroso no es lo que vemos, sino más bien aquello que nuestros ojos no son capaces de captar, o, dicho de otro modo, siempre hay un número mucho mayor de ejemplares de lo que parece. Así que, no lo dudes, si quieres evitar que unos cuantos insectos te amarguen el verano, consulta a los profesionales cuanto antes.
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