Durante los últimos meses se ha reabierto el debate sobre la calidad democrática de España. Desde hace trece años, la Economist Intelligence Unit (EIU) realiza un informe anual para valorar la calidad de la democracia en 165 países atendiendo a cinco indicadores. Entonces, ¿es España una democracia plena? La respuesta es que España está a la cola de las democracias plenas de Europa, pero supera a Francia y Portugal.
Aunque este año el informe se ha centrado en el impacto de la pandemia del coronavirus sobre “la democracia y la libertad en todo el mundo”, las categorías que The Economist valora para realizar el análisis se basan en el proceso electoral y pluralismo, el funcionamiento del Gobierno, la participación y cultura política, y las libertades civiles. A partir de ahí, cada país se clasifica en cuatro tipos de régimen: democracia plena, democracia defectuosa, régimen híbrido y régimen autoritario.
En 2021, el 49.4% vive en algún tipo de democracia, aunque solo el 8,4% de la población vive en una democracia plena (23 países). Mientras tanto, el 35,6% vive en un régimen autoritario. España ocupa el puesto 22º de la lista de democracias plenas, y se convierte en la última nación europea en entrar en este rango. También en Europa, Francia y Portugal perdieron el nivel de democracia plena para pasar a ser democracias defectuosas, un régimen en el que, según EIU, vive el 41% de la población y engloba a 52 países. Son los países nórdicos los que encabezan la lista de democracias plenas tanto a nivel europeo como mundial porque superan los 8 puntos sobre 10.
Según el informe, España supera los 8 puntos en tres de las cinco variables evaluadas: proceso electoral y pluralismo (9.58/10), cultura política (8.17/10), y derechos y libertades civiles (8.53/10). Sin embargo, EIU puntúa más bajo el funcionamiento del gobierno (7.14/10) y la participación política (7.22/10). Eso sí, en esas variables supera a países como Italia o Bélgica.
La nota media obtenida en calidad de democracia a nivel global se sitúa en el 5.37 sobre 10. Se trata de una cifra menor en 2020 que en 2010 después de los estragos de la crisis económica. Según The Economist, la causa de este retroceso ha sido las restricciones que los gobiernos han impuesto para restringir las libertades individuales y paliar los efectos de la pandemia. Asimismo, destaca la falta de transparencia para justificar las medidas adoptadas y el fuerte ataque a la libertad de expresión. Es más, el índice penaliza a todos los países que han tomado medidas restrictivas contra la libertad. Es por eso por lo que, de 165 países analizados, 118 de ellos han bajado su puntuación en libertades civiles.
Cae Europa, sube Asia
Ante la caída de puntuación de algunos países europeos se contrapone el ascenso de tres países asiáticos al grupo de democracias plenas. Japón, Corea del Sur y Taiwán, se sitúan, respectivamente, en los puestos 21º, 23º y 11º. Solo Corea del Sur queda por debajo de España en el ránking global. La subida se debe, principalmente, a la respuesta al coronavirus, según expone el informe. Los países asiáticos supieron cómo frenar los contagios y facilitar la reactivación de la economía. Además, sorprende la alta puntuación de Taiwán en proceso electoral y pluralismo después de unas elecciones celebradas en 2020 que cambiaron el rumbo de su democracia por la alta participación política.
Tendencia positiva
Si algo destaca el informe es que los estragos de la pandemia “no han frenado la llamativa tendencia de los últimos años hacia un mayor compromiso ciudadanos y una mayor participación en la política, lo que llevó a un aumento de la puntuación global en cultura política, del 8.10 en 2019 al 8.21 en 2021”.
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