Theresa May consiguió resistir al último desafío. Una mayoría de 200 diputados conservadores a 117, decidió amparar este miércoles el liderazgo de Theresa May. Por tanto, la moción de censura interna que 48 parlamentarios euroescépticos habían planteado no se hizo efectiva. Esta vez, el plan de apartarla del Gobierno surgió desde sus propias filas, activando una moción de confianza.
Pese a la aparente pérdida de la primera ministra, el 63% de sus compañeros de partido sustentaron a May. Sin embargo, el 37% de los tories votaron en su contra. Hasta ahora, parece que May podría seguir en el gobierno al menos un año más, pues no es posible realizar una nueva moción de confianza hasta dentro de 12 meses. Sin embargo, el rumor de una posible dimisión de la primera ministra británica antes de las próximas elecciones a cambio de seguir adelante con los plazos previstos para el Brexit se mantuvo durante toda la jornada. Nada ha cambiado desde entonces, aunque el acuerdo del Brexit aún no ha conseguido el apoyo parlamentario.
El hartazgo de los diplomáticos comunitarios con la negociación de la salida del Reino Unido de la Unión Europea es evidente. No obstante, aceptan la tarea de la cumbre que se celebra este jueves y viernes en Bruselas, cuyo primer objetivo será ayudar a May, que parece no saber cómo finalizar el proyecto que puso en marcha en marzo de 2017.