Los trastornos en la conducta alimentaria (TCA) engloban distintos desórdenes relacionados con la ingesta de comida.
Según datos de la Fundación Fita y la Asociación Española para el estudio de los TCA, unas 400.000 personas sufren un TCA en España. Su mayor rango de incidencia se sitúa en los adolescentes, de manera que 300.000 personas diagnosticadas con un TCA tienen entre 12 y 14 años. Los desórdenes alimentarios presentan una mayor incidencia en mujeres, sin embargo, en las edades más tempranas, las distancias entre sexos se reducen. En la etapa previa a la pubertad, la media por cada diez diagnósticos es de cuatro chicos frente a seis chicas.
Los TCA son ya considerados la primera causa de mortalidad por enfermedad mental en la adolescencia, como consecuencia de los daños físicos derivados de la enfermedad así como la alta tasa de suicidios asociada a esta. Los desórdenes alimenticios suponen una alteración del pensamiento, problemas neuropsicológicos y con frecuencia, emociones como la angustia o la depresión. La Doctora Monserrat Graell, jefa de Psiquiatría y trastornos alimenticios en el Hospital Niño Jesús de Madrid, explicaba en una campaña de concienciación, la complejidad de estos trastornos. Más allá de la desnutrición, generan problemas de identidad y una gran dificultad para generar vínculos afectivos.
Tipos de TCA
Aunque con frecuencia se asocia un TCA con la anorexia o bulimia nerviosas, existen otros desórdenes alimenticios. Mientras que la Anorexia se caracteriza por la reducción y restricción de alimentos, en el caso de la Bulimia el ayuno o dieta se acompaña por ciclos de atracón y purga. El Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-%) recoge además el Trastorno por Atracón que se diferencia de la bulimia por la ausencia de conductas compensatorias. El PICA es el trastorno relacionado con la ingesta de sustancias no nutritivas como el yeso o la arena, es más frecuente en niños o personas con el espectro autista o diversidad funcional. En el Trastorno por Rumiación la persona regurcita el alimento del estómago a la boca en repetidas ocasiones, lo que dificulta mantener un peso saludable. En cambio, el Trastorno por Evitación o Selección de alimentos implica un rechazo a la alimentación y variaciones extremadamente caprichosas de la conducta alimentaria normal.
Además, en los últimos años se han recogido nuevas patologías. La Vigorexia la cual se traduce en la obsesión por tener un cuerpo musculado, también conocida como Complejo de Adonis. A menudo, se manifiesta por una práctica exagerada de ejercicio físico y un cambio drástico en las pautas de alimentación, con el fin de ganar más músculo. Se estima que unas 700.000 personas en españa podrían presentar este desorden, que tiene una mayor incidencia en el género masculino. La Ortorexia por su parte, es la obsesión por la comida saludable, el problema se centra en la calidad de la comida y no en la cantidad como en los otros escenarios. El elegir lo elementos más saludables, ecológicos, puros, sin transgénicos ni pesticidas se convierte en el centro de su vida, es por tanto un comportamiento obsesivo compulsivo.
Prevención
El 30 de noviembre, se celebra el Día Mundial de la Lucha contra los Trastornos de Conducta Alimentaria. Las asociaciones de afectados recalcan la importancia de estar atentos a posibles signos que puedan derivar en un desorden alimenticio. Además, resaltan la gravedad de estas enfermedades que con frecuencia son ninguneadas como una simple llamada de atención.
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