Cumple 18 años de condena por el asesinato de su hija Asunta. Intentó quitarse la vida previamente en febrero de 2017
Hace una semana, el 12 de noviembre, Rosario Porto intentó ahorcarse en la ducha con un cordón de la sudadera de un chándal. Según fuentes penitenciarias, el incidente ocurrió cuando Rosario accedió a darse una ducha después de varios días sin asearse. Esto es algo extraño en ella, puesto que desde que ingresó en prisión ha destacado por su impoluta higiene personal. Poco después de meterse en la ducha gritó llamando a su interna de apoyo que tiene asignada para evitar autolesiones. Por este motivo no se sabe si la presa intentó suicidarse realmente o sólo pretendía llamar la atención.
En ese momento los funcionarios corrieron a las duchas y advirtieron el cordón atado al cuello que tenía la reclusa en cuestión. Rosario Porto fue auxiliada rápidamente por los encargados, evitando lo que hubiese sido un desenlace fatal, y fue trasladada a la enfermería.
La respuesta inmediata del centro fue el cambio de la interna que tiene de apoyo y se reforzó su protocolo antisuicidio con supervisiones de funcionarios cada dos horas. No es la primera ocasión en la que Rosario Porto atenta contra sí misma. A finales de febrero de 2017 ingirió una cantidad ingente de fármacos para impedir ser trasladada de la cárcel de Teixeiro a la actual.
Según La Voz de Galicia, los funcionarios achacan este suceso a la falta de empleados públicos, resintiendo el control sobre las reclusas. Es el tercer intento de suicidio en los últimos días en la cárcel de A Lama. El martes se ha convocado una manifestación por estos motivos.
Rosario Porto, de oficio abogada, cumple una condena de 18 años en la cárcel pontevedresa de A Lama por el asesinato de su hija adoptiva Asunta Basterra en septiembre de 2012. La vida penitenciaria de Rosario Porto se ve marcada por la lectura, la escritura, la radio y también el reparto de comida con un sueldo remunerado.