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Exposición de Emilia Pardo Bazán: una mujer tan talentosa como cuestionada

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Emilia Pardo Bazán Exposición
Fuente: Twitter @BNE_biblioteca

“Declinó en femenino un término netamente moderno, el de intelectual, que desde el principio tuvo una fuerte connotación masculina. (…) En el plano largo es un personaje de una pieza. En el plano corto es un rompecabezas. Esta exposición quiere hacer luz en ese rompecabezas, demostrando que su obra y su vida respondieron y dieron cabida a todos los retos y desasosiegos de la modernidad de la España de la Restauración y de la Europa de su tiempo”. Extracto de la Exposición de Emilia Pardo Bazán

Así da comienzo la exposición sobre Emilia Pardo Bazán que durante los meses de junio, julio y septiembre acoge la Biblioteca Nacional de España. Palabras que definen a una mujer adelantada a su tiempo; novelista, poetisa, editora, periodista, catedrática y feminista convencida; y que a pesar de su talento no consiguió en vida su merecido reconocimiento debido a la desigualdad de género de la época.

Al adentrarnos en la exposición, la vida y obra de Pardo Bazán transmiten la fuerza de una mujer que luchó contra lo establecido. Procedente de una familia pudiente que le permitió acceder a una buena educación, supo aprovecharla y con solo 13 años la joven escribió su primera novela. La escritora se casó joven, a los 16 años, con José Quiroga un estudiante de derecho también de buena familia. A pesar de seguir, en principio, el “camino adecuado” para una mujer de su época, Pardo Bazán hizo de su propia vida una reivindicación. Tras 17 años de matrimonio, decidió separarse e iniciar una vida independiente. Desde su divorcio Emilia vivió de su trabajo, sin depender de un marido.

“Aspiro, señores, a que reconozcáis que la mujer tiene destino propio; que sus primeros deberes naturales son para consigo misma, no relativos y dependientes de la entidad moral de la familia que en su día podrá constituir o no constituir; que su felicidad y dignidad personal tienen que ser el fin esencial de su cultura, y que por consecuencia de ese modo de ser la mujer está investida del mismo derecho a la educación que el hombre”
“La educación del hombre y la Mujer”, Congreso Pedagógico Hispano Portugués-Americano, 1892

Durante toda su vida defendió la igualdad entre hombres y mujeres, así como la importancia del acceso a la educación de estas últimas. Ella misma se definía como feminista radical: “Yo soy una radical feminista; creo que todos los derechos que tiene el hombre debe tenerlos la mujer”. Con su vida personal y su obra luchó por los derechos de las mujeres. Apoyó la presencia femenina en las instituciones culturales siendo partidaria de las candidaturas de Concepción Arenal y Gertrudis de Avellaneda para formar parte de la Real Academia Española. Candidaturas desestimadas, al igual que la suya, que fue rechazada hasta en tres ocasiones.

Sin embargo, la novelista continuó con su empeño y logró entrar como socia (aunque con limitaciones) en el Ateneo de Madrid en 1905, convirtiéndose en la primera mujer en hacerlo. Un año más tarde, Pardo Bazán ya era la primera presidenta mujer de la sección de literatura del Ateneo. Destacó, además, dentro del ámbito periodístico, siendo la primera corresponsal de prensa en el extranjero, concretamente en Roma y en París.

Fue pionera también en la Universidad, pues fue la primera mujer con una cátedra de literaturas neolatinas de la Universidad Central de Madrid. De hecho, según los cronistas de la época, las clases de Pardo Bazán eran de las más concurridas con hasta 825 matriculados frente a los 221 de Ramón y Cajal.

Emilia Pardo Bazán se rodeó de los intelectuales más importantes de la época como Giner de los Ríos, Menéndez Pelayo o Pérez Ayala y políticos tan importantes como Pi y Margall, Cánovas o Castelar. Mantuvo una relación sentimental con Benito Pérez Galdós, que ha quedado documentada en la correspondencia que se intercambiaron durante los años de romance. También fue muy cercana a artistas como Joaquín Sorolla y Aureliano de Beruete.

A pesar de sus éxitos profesionales y el reconocimiento de los intelectuales de la época, Emilia Pardo Bazán siempre fue criticada y cuestionada, poniendo en duda su capacidad como escritora por criterios que poco tenían que ver con la literatura. La propia escritora hablaba de “fuerzas invisibles” que la hacían retroceder cada vez que trataba de avanzar.

“Es el caso que he sido en los treinta y pico años de mi carrera literaria, el más atacado y combatido de los escritores españoles. Todo se me ha regateado con avaricia; he ido conquistando el terreno palmo a palmo. Es cierto que tuve público desde mi primera novela, pero era una caminata por las dunas; avanzaba y fuerzas invisibles me hacían retroceder. No teniendo acaso tiempo ni humor para analizar despacio mis escritos, aplicaban lentes ahumados al estudio de mi carácter y hasta de mi físico, que nada tiene que ver, supongo, con las letras. Yo era así, yo usaba un peinado de otro modo, yo me gozaba de hacer daño a mis enemigos literarios, yo era soberbia, yo era vanidosa… Por reprochar, se me buscaban erratas; como solía decirse entonces, gazapos; y se afirmaba, y muchos lo creían, que yo había dicho, en un cuento, que los cuadrúpedos vuelan”.

“Cartas a la Condesa”, Diario de la Marina, La Habana, 1912.

Durante la exposición, una va forjando en su mente la idea de una mujer fuerte e independiente, de una escritora talentosa. Imagino a Emilia Pardo Bazán como una mujer exitosa que consiguió logros con los que muchas mujeres ni si quiera podían soñar. Sin embargo, al llegar al final y leer este texto una se traslada directamente al presente. Inquieta reconocer tan rápidamente esas “fuerzas invisibles” de las que hace más de un siglo hablaba Pardo Bazán.

Esos obstáculos con los que aún hoy se topan las mujeres en su vida personal y profesional. En el 2021 lo llamamos “techo de cristal” o “suelo pegajoso”; con distinto nombre pero mismo significado. Las mujeres siguen siendo cuestionadas sobre su vida personal para valorarlas en lo profesional, juzgando en ocasiones con mayor afán su vestimenta que su trabajo. El final de la exposición es algo agridulce, pues es triste pensar en lo actuales que son las palabras de Emilia Pardo Bazán que aún hoy son fieles a la realidad.

Puedes disfrutar de la exposición en la versión online aquí: https://cloud.madgazine.com/a1317c9f234003079/index.html?revista=324657445&pagina=59404

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