La crisis económica derivada de la pandemia del Covid-19 está teniendo consecuencias en todos los sectores sin excepción. Las restricciones de movilidad, la distancia social, la reducción de aforos y las limitaciones de reuniones sociales han provocado que se cancelen numerosos actos culturales. Así la industria cultural se ha convertido en uno de los sectores más afectados por la crisis del Covid-19, sufriendo pérdidas millonarias y afrontando el cierre de muchos de sus negocios.
Al hablar de industria cultural se abarca un amplio número de sectores que pertenecen a ella, sectores variados pero igual de afectados por esta crisis. Teatros con butacas vacías, cines cerrados, suspensión de conciertos de música, pequeñas librerías al borde de la quiebra y negocios locales que sobreviven a duras penas. La industria cultural no solo emplea a artistas, hay más de 700.000 puestos de trabajo relacionados con este sector en España.
El mercado laboral de la cultura ya era especialmente vulnerable antes de la pandemia del coronavirus, el sector aún se estaba recuperando poco a poco de la crisis económica del 2008 que causó profundos estragos. Según el Consell Nacional de la Cultura i de les Arts (CoNCA), la industria de la cultura se estaba recuperando muy lentamente de la crisis de 2008, un crecimiento más lento que el del resto de la economía.
Empelo en la industria cultural: temporalidad, parcialidad y precariedad
Según los datos del Ministerio de Cultura y Deportes, en 2019 había 710.200 empleadas en dicho sector, representando el 3,6% del empleo total en España. De estos trabajadores, el 68,8% son asalariados (la media general en España es del 84,35) mientras que el 31,2% trabaja por cuenta ajena (el doble que la media general). La temporalidad, la parcialidad y la precariedad definen las características generales del empleo cultural.
De acuerdo con un estudio relacionado con la Universitat de València, las consecuencias a corto plazo han sido principalmente el retraso en la organización de eventos, seguido de la pérdida de ventas así como pedidos cancelados. También se ha perdido la oportunidad de crear nuevos negocios y una grave reducción de la fuerza de trabajo y recorte de personal. En el largo plazo, el estudio refleja que el 72,83% de las organizaciones encuestadas tendrán problemas moderados o significativos para seguir adelante en el largo plazo y del 9,06% probablemente tendrán que cerrar.
Los problemas económicos que atraviesa la industria cultural por la crisis del Covid-19 también tienen una repercusión en la situación económica general del país. El sector cultural aporta el 3,2% del PIB. Da empleo a más de 700.000 persona, el 3,6% del empleo total en España. Son 122.673 empresas las que pertenecen a este sector lo que supone una cifra cercana a los 32.000 millones de euros en términos absolutos.
En cuanto a financiación y ayudas, el Estado destina el 0,06% del PIB a la cultura. Las administraciones autonómicas aportan un 0,10% y las locales un 0,28%. Las consecuencias de la crisis del Covid-19 han sido devastadoras para la industria cultural. Para tratar de paliar los efectos de la pandemia, el Gobierno puso en marcha un plan de ayuda con el que se destinarían 7,3 millones de euros para ayudar a entidades e instituciones culturales. Desde el sector reclaman ayudas directas y efectivas para poder salir adelante y recuerdan que la cultura, en nuestro país y a pesar de la situación, es segura #CulturaSegura.
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