Un estudio del Banco de España revela que tras la crisis de 2008 las condiciones laborales han empeorado, especialmente para los jóvenes. En este estudio, se busca una comparativa intergeneracional para saber si las perspectivas laborales de los jóvenes son peores ahora que en la generación de sus padres.
La crisis iniciada en 2008 y cuyas consecuencias se han sufrido hasta después de casi una década, dejó un panorama laboral muy distinto al que se conocía. A la crisis económica se le sumaron otros factores sociales como el aumento formación académica media de la población en edad de trabajar, lo que ha provocado un desajuste entre la oferta y la demanda de empleo cualificado. Por su parte, los jóvenes con menor formación se enfrentan al proceso de automatización que podría afectar a sus posibilidades de empleo. Por último, juegan un papel fundamental las nuevas formas de organización del trabajo, impulsadas por el desarrollo de las tecnologías de la información.
Esto puede afectar a la precarización de todos los puestos de trabajo independientemente de la edad, sin embargo, afecta especialmente a los jóvenes ya que coincide con el momento laboral en que deben acumular más experiencia. Para enfrentar estos factores, el estudio tiene en cuenta edad y ciclo económico, así no se comparan distintas generaciones en el momento actual sino cuando estas tenían la misma edad.
“Con la crisis de 2008 los salarios medios dejaron de crecer”
En el estudio se analizan los salarios medios mensuales y se observa lo siguiente: un universitario nacido en 1967 recibía a los 30 años un salario de 2.500 euros; con 40 este aumentaba a los 4.000 mensuales. Esta tendencia era similar en generaciones anteriores y posteriores al ejemplo, sin embargo, con la crisis de 2008 los salarios medios dejaron de crecer, eso sí de forma generalizada para todas las edades y niveles educativos.
Esto ha hecho que, por ejemplo, un trabajador con estudios altos nacido en 1977 recibiese un salario medio a los 40 años (en 2017, es decir, una vez finalizado el período de crisis) sensiblemente inferior al percibido a esa misma edad por los nacidos en 1967. De igual forma, esta caída salarial ha afectado a los trabajadores con menos formación, aunque en menor medida. El estudio concluye que esto podría deberse a que la bajada de salarios a raíz de la crisis de 2008 no atiende a causas económicas cíclicas sino a fenómenos estructurales. Esto implica directamente problemas de carácter permanente.
Como conclusión, se puede afirmar que hasta la llegada de la crisis de 2008 los salarios medios mensuales eran similares en todas las generaciones. Sin embargo, tras la crisis económica hubo un descenso generalizado de los salarios, siendo más intenso entre los trabajadores con mayor formación.
“La crisis provocó una caída en las rentas laborales anuales generalizada”
Al comparar los datos de renta anual, las conclusiones varían. La renta anual permite tener en cuenta situaciones de desempleo y trabajo a tiempo parcial, consiguiendo así un análisis a nivel global. El análisis se observa, en los trabajadores de baja cualificación, que la renta media ha ido en aumento según avanzaban las generaciones. Así un trabajador nacido en 1967 o 1977, recibía con 20 años entorno a 2.000 euros anuales. A su misma edad, un trabajador nacido en 1987 recibía una renta de 6.000 euros anuales. La misma tendencia se observa en los trabajadores universitarios, aquellos nacidos en 1967 ganaban con 30 años unos 20.000 euros anuales. A esa misma edad, el nacido en 1977 cobraba hasta 25.000.
Estas tendencias cambian de nuevo con el impacto de la crisis económica, con alteraciones significativas en las rentas de los trabajadores independientemente de su nivel de formación. La llegada de la crisis provocó una caída en las rentas laborales anuales, generalizada para todos los grupos de edad y nivel de formación.
¿Cuáles son las consecuencias de estas condiciones laborales en España?
Según un estudio realizado en 2019 por el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud, los jóvenes españoles deberían cobrar una media de 1.935 euros mensuales para poder enfrentarse a una hipoteca. Sin embargo, el salario medio anual percibido por una persona joven es de 11.532, es decir, menos de mil euros mensuales (961 euros). Esto implica que, si una persona joven quiere emanciparse hoy, debería cobrar el doble.
La precariedad laboral y los salarios bajos impiden que muchos jóvenes se emancipen. Según el Observatorio, para que una persona joven pueda comprar una vivienda debería destinar el 60% de su sueldo a pagar la hipoteca. El doble que las entidades financieras piden (30%) para determinar la viabilidad de un prestado. Estos datos explican que el 58,8% de la población joven emancipada lo haga a través de un alquiler. El precio medio del alquiler en España se sitúa en 872 euros mensuales, si una persona joven quisiera alquilar una vivienda en solitario debería destinar el 90% de su sueldo para arrendar.
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