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Chile elige a Gabriel Boric como su próximo presidente

El candidato de izquierdas se ha impuesto en la segunda vuelta frente al ultraderechista José Antonio Kast

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Gabriel Boric, candidato de la coalición de izquierdas Apruebo Dignidad, ha sido elegido como próximo presidente de Chile
Gabriel Boric votando en Magallanes el día de las elecciones // Cuenta oficial de Twitter

A pesar de que las encuestas pronosticaban un escenario muy ajustado, Gabriel Boric, candidato de la coalición de izquierdas Apruebo Dignidad, se ha alzado con la victoria en la segunda vuelta de las presidenciales chilenas y se convertirá en el próximo presidente del país andino. Según datos del Servicio Electoral de Chile (SERVEL) Boric ha recibido 4.620.671 votos (el 55,87% del total de votos válidos), casi un millón de votos más que su contrincante José Antonio Kast del ultraderechista Partido Republicano (que ha recibido 3.649.647 votos, un 44,13% del total). En el voto procedente del extranjero la ventaja de Boric se amplía aún más, con 24.652 votos (71,03%) frente a 10.056 de Kast (28,97%). Además, se ha dado una situación insólita procedente del voto en el exterior: en Kenia, Honduras y Croacia ambos candidatos han acabado en empate perfecto, al recibir exactamente el mismo número de votos cada uno.

La jornada electoral ha estado marcada por la alta participación y por la falta de transporte público para acceder a los centros de votación: en la capital se registró la mitad de autobuses en circulación comparado con un día normal, y en algunas zonas rurales directamente no pasaba el transporte público. A raíz de ese incidente, Gabriel Boric pidió soluciones al gobierno central, y se inició una campaña en redes sociales llamada “#CompartomiAuto” para que la ciudadanía pudiera ofrecer sus vehículos personales para trasladar a votantes a los centros de votación.

Durante la jornada electoral Kast recordó que en Chile “ya han existido engaños electorales” anteriormente, dando a entender que podrían no reconocer los resultados si estaban muy ajustados, pero finalmente Kast llamó a su contrincante para reconocer oficialmente su derrota electoral. Boric se convierte así en el presidente electo con mayor número de votos recibidos y, a sus 35 años, en el más joven de la historia de Chile.

Estas elecciones son fruto directo del estallido social que sufrió Chile en 2019. En ese momento, el detonante fue el aumento del precio del billete de metro en Santiago de Chile. Ésto, unido al descontento popular, la corrupción y el aumento del coste de vida, provocó una serie de manifestaciones y protestas que sacudieron al país, especialmente al gobierno del conservador Sebastián Piñera. Piñera estableció el Estado de Excepción, impuso un toque de queda y mandó a los cuerpos de seguridad del Estado que reprimiera estos movimientos populares mediante la violencia excesiva, lo que le valió varias condenas de violación de derechos humanos por entidades como Amnistía Internacional o Naciones Unidas. Tras semanas de manifestaciones el pueblo chileno consiguió arrancarle al gobierno un referéndum para decidir la creación de una nueva Constitución. Dicho plebiscito se celebró en octubre de 2020 con una amplia victoria del “si”.

Las protestas hundieron la popularidad de Sebastián Piñera y del oficialismo, hecho que se consumó en la primera vuelta de las elecciones presidenciales celebradas el pasado 21 de noviembre. Esta vuelta dio como vencedores a los dos extremos ideológicos (Kast y Boric), mientras que los candidatos de centroderecha y centroizquierda, los partidos que llevaban turnándose en el poder desde la implantación de la democracia en 1990, fueron castigados en las urnas. De ese modo, la segunda vuelta reflejaría la polarización de la sociedad chilena en torno a los dos candidatos: Gabriel Boric, de la amplia coalición de izquierdas Apruebo Dignidad, y el ultraderechista José Antonio Kast, del Partido Republicano.

Boric, oriundo de la Región de Magallanes y la Antártica Chilena, comenzó su carrera en política como líder estudiantil durante las protestas estudiantiles de 2011 y es diputado desde 2014. Es el candidato de la coalición Apruebo Dignidad, que incluye a varios partidos políticos, asociaciones y organizaciones de izquierdas, desde socialdemócratas hasta el Partido Comunista. La presencia de éste último ha supuesto un quebradero de cabeza para Boric, ya que sus opositores siempre le han identificado con ese partido. Kast se ha reivindicado en varias ocasiones como la opción de la libertad frente al comunismo de Boric, parafraseando el lema de la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso. La inclusión del PC dentro de Apruebo Dignidad también ha servido para que sus detractores lo relacionen con regímenes autoritarios como los de Venezuela o Nicaragua, a pesar de que Boric se ha desmarcado públicamente en numerosas ocasiones de dichos gobiernos.

Kast es un abogado de origen alemán. Metido en política desde 1996, abandonó la derecha tradicional de la Unión Demócrata Independiente (UDI) en 2016 y fundó el Partido Republicano en 2019, un partido conservador en lo social y neoliberal en lo económico. Se muestra opuesto al matrimonio igualitario, al movimiento feminista, al aborto o al colectivo LGBTQ. También ha hecho suya la proclama de “ley y orden”, especialmente referida a la presión migratoria que sufre la zona norte del país y a las movilizaciones sociales que se dieron en Chile en 2019. En lo económico, es partidario de la privatización de empresas y la desregulación de los mercados. Sin embargo, no ha estado exento de polémica: sus vínculos familiares con regímenes totalitarios le han pasado factura. Su padre, Michel Kast, fue teniente del ejército nazi y huyó a Chile al acabar la Segunda Guerra Mundial; y su hermano, Miguel Kast, fue Ministro de Estado y presidente del Banco Central durante la dictadura de Pinochet. El propio Kast se ha mostrado tibio a la hora de hablar de la dictadura de Pinochet. Llegó a afirmar que de estar vivo hoy, el dictador votaría por él, y en los días previos a la segunda vuelta se redescubrió un vídeo de un joven Kast en 1988, mostrándose a favor de la continuidad del régimen de Pinochet. Además, fue uno de los primeros valedores de Jair Bolsonaro

Boric ha recibido durante estos últimos meses el apoyo de numerosas figuras de la izquierda como la vicepresidenta española Yolanda Díaz, la activista Angela Davis, el expresidente brasileño Lula da Silva o el intelectual Noam Chomsky. Pero seguramente la más importante ha sido la del actor chileno-estadounidense Pedro Pascal, conocido por interpretar al detective Javier Peña en Narcos, a Oberyn Martell en Juego de Tronos o más recientemente por su papel protagonista en The Mandalorian. Y no es que le falten motivos para apoyarle: su madre, Verónica Pascal, era prima del dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) Andrés Pascal Allende, sus padres eran simpatizantes del presidente socialista Salvador Allende y formaron parte de la oposición a la dictadura de Augusto Pinochet. Debido a sus tendencias ideológicas, su familia acabó obteniendo asilo político en Dinamarca, y poco después recalaron en Estados Unidos. Por otro lado Kast recibió el apoyo de figuras como el político español Santiago Abascal, el escritor peruano Mario Vargas Llosa o el senador estadounidense Marco Rubio.

A partir de 2022 Chile tendrá el gobierno más izquierdista de su historia desde el de Salvador Allende. Tras las recientes victorias de Pedro Castillo en Perú y Xiomara Castro en Honduras y las próximas elecciones en Colombia y Brasil (donde Lula tiene bastantes posibilidades de derrotar a Bolsonaro), la victoria de Boric es una muestra más del renacimiento de la izquierda en Latinoamérica estos últimos años.

Cuando tome posesión en marzo de 2022 Gabriel Boric tendrá muchos retos por delante. Ha prometido construir un Chile ecologista y feminista, aumentar el salario mínimo, reformar el sistema de pensiones y culminar el proceso constituyente de carácter progresista que se está germinando desde el año pasado, entre otras medidas. Además, con un Congreso dividido y con Apruebo Dignidad siendo minoría en ambas cámaras, no va a tener fácil aprobar sus medidas más de izquierdas, al menos al principio. Pero debe andarse con cuidado, porque si no consigue solucionar o al menos reducir los grandes problemas que sufre la sociedad chilena, el estallido social contra Piñera de 2019 le puede explotar en la cara.

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