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Polonia llena sus calles de protestas ante la amenaza sobre los derechos de las mujeres y el colectivo LGTB

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Twitter: @stopbzdurom

El pasado 13 de julio el conservador Andrzej Duda renovó su mandato como presidente de Polonia. Las declaraciones del propio mandatario y algunos de sus ministros han provocado protestas sociales en ciudades de todo el país. En julio comenzaron las protestas ante la intención del gobierno de abandonar la Convención de Estambul. Esta misma semana, una activista LGTB ha sido arrestada lo que ha provocado protestas que aún hoy continúan.

Posible abandono de la Convención contra la violencia sobre las mujeres

Durante la última semana de julio se sucedieron protestas ante la intención del Gobierno de abandonar el Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres, también conocido como Convenio de Estambul. Las protestas surgen después de que la Ministra de Trabajo y Política Social, Marlena Malag, propusiera el abandono de la Convención que el país ratificó en el año 2015. Se justificó alegando que el propósito real de esta no es la protección de las mujeres, sino la de “introducir provisiones ideológicas controvertidas en el sistema legal polaco».

Las protestas de Varsovia se concentraron en torno a la sede de Ordo Iuris, una asociación ultraconservadora que ha llevado a cabo una campaña en contra de la Convención. Ordo Iuris tiene como objetivo “investigar la cultura jurídica y el patrimonio espiritual en el que se arraiga la cultura polaca, y promoverlos en la vida pública y el sistema jurídico”. Las protestas de Polonia se han replicado en más de 20 ciudades polacas como Cracovia y Katowice. La presidenta del Centro de Derechos de la Mujer de Polonia, Urszula Nowakowska, asegura que “entre 400 y 500 mujeres pierden la vida como resultado de la violencia machista”.

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Protestas en contra del abandono de la Convención de Estambul. EPA
La Convención de Estambul es una convención del Consejo Europeo que lleva en vigor desde el año 2014. Tiene como objetivo la lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica. Se considera uno de los tratados internacionales más completo y con mayor alcance de este ámbito. En él se reconoce a la violencia contra las mujeres como una violación de los derechos humanos y contempla como delito la violencia física, psicológica y sexual. Esto incluye desde la violación, el matrimonio forzado y la mutilación genital femenina hasta el acoso. El acuerdo fue firmado por 46 países y ratificado por 34, lo que implica que los países tenían la obligación de introducir en sus sistemas jurídicos estos delitos.

Protestas por la homofobia sistémica

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Estatua de Jesucristo con la bandera LGTB y pañuelo rosa.

Las protestas en Polonia han continuado durante el mes de agosto, en este caso a causa de la detención de una activista LGTB, conocida como Margot. Se le acusa de haber dañado en junio una furgoneta de la “Fundación proderecho a la vida”, que portaba inscripciones homófobas vinculando la homosexualidad y la pederastia.

La detención de Margot provocó que miles de personas se manifestaran en todo en país en solidaridad con la comunidad LGTB y en contra de la violencia policial. La manifestación más multitudinaria fue la de Varsovia, donde se leían pancartas con mensajes como ¡Empatía, solidaridad, acción! La detención de Margot no es un hecho aislado, durante la campaña electoral se ha utilizado mensajes homófobos de manera habitual.

El presidente Duda, renovó su mandato el pasado 13 de julio, durante su campaña se ha posicionado abiertamente en contra de la adopción en parejas del mismo sexo.  Además empleaba a menudo un lenguaje homófobo llegando a asegurar que el movimiento LGTB “era más destructivo” que el comunismo. En los últimos meses, seis ciudades polacas se declararon como “Zonas LGTB-free”, lo que provocó también protestas entre jóvenes activistas. Según un estudio del Instituto CBOS, en 2019 solo el 29% de los polacos apoya el matrimonio gay.

Ante esta situación, políticos polacos cercanos a la corriente progresista asistieron al juramento en el Parlamento vestidos con los colores del arcoíris. Una bandera que se ha convertido en emblema de estas protestas, siendo colgada en estatuas emblemáticas como la de Copérnico e incluso la de Jesucristo. Acciones muy criticadas desde el gobierno, de acuerdo con la justicia polaca, los crímenes de ofensa religiosa pueden acarrear hasta dos años de prisión.

Políticas progresistas en vestidas de los colores de la bandera LGTB en defensa de los derechos del colectivo

Las reacciones internacionales sobre las protestas de Polonia no se han hecho esperar. La comisaria de derechos humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, pedía a través de su cuenta de Twitter la liberación de Margot. Asegurando que su detención “envía una señal muy aterradora para la libertad de expresión y los derechos de los LGTB en Polonia”.

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