Pienso que uno de los exponentes más significativos de una democracia y de una sociedad avanzada, es su capacidad de expresión libre y su derecho a ser informada puntual y verazmente de los acontecimientos que suceden a su alrededor y que se imbrican en su devenir diario. Un pueblo que es privado de su derecho de expresar respetuosamente su opinión, considerando que la libertad termina donde comienza la del otro; como un pueblo que es privado de una información exhaustiva y contrastada, termina siendo un pueblo abocado al fracaso porque carece de una visión colectiva, limpia, diáfana, diferente y solidaria. Informar es objetivar un hecho con claridad a la misma vez que empatiza al que recibe la noticia con el actor que la protagoniza: las noticias nos advierten, nos narran lo que sucede; también nos ponen en afeminad con los otros porque, lo que a un colectivo le perjudica o beneficia, perjudica o beneficia al resto del hombre que vive inmiscuido en una globalización donde el mundo ya no es mundo sino simplemente una aldea dentro del
universo.
La opinión, por su parte, dentro de los límites del respeto, nos abre la visión a pareceres de otros, posiblemente en ocasiones totalmente opuestas a la propias. La opinión no se sujeta a reglas ni paradigmas sino a las que establece la convivencia y la propia sociedad. La opinión nos interroga, nos contradice o nos identifica; sencillamente, la opinión no es verdad absoluta sino subjetiva porque depende de quién la exprese y lo que sienta. Opinar no es informar. Pero tanto la información como la opinión se fundamenta en los mismos principios básicos que la ética inspira y que el lector, como destinatario, deberá juzgar y analizar con los mismo parámetros de civismo que los actores de esta trama desarrollan.
Un pueblo bien informado es un pueblo siempre rico, siempre abierto, siempre plural. INFODIARIO nace y es fruto de la inquietud periodística de su creador Brian Bujalance, un joven estudiante de Periodismo y Económicas con un brillante expediente académico en sus dos primeros años de estudios universitarios. Vive, ama y siente la profesión a la que se siente llamado; trabaja con denuedo, se esfuerza y multiplica sus entrevistas y reportajes que son el germen del resultado prometedor que le auguro por su tenacidad y sinceridad. Brian busca su hueco, se lo está abriendo, con ese estilo que le inmiscuye en el fondo de la noticia con la sensatez y madurez que paradójicamente sobresale en un joven de apenas 19 años. Por encima de todo, practica el periodismo y lo ejerce, desarrolla el sentido de su vida y nos ofrece una pluralidad que no es competitiva sino fraterna y diferente.
Pero ejercer el periodismo es ejercer la verdad; el periodismo está al servicio de la verdad, no a la propia verdad personal que tomamos como referencia, sino a la verdad que se oculta mucho más allá de las apariencias. El periodista debe observar, entender, indagar y detallar meticulosamente la autenticidad de los hechos para así transmitírselos a. El periodista nunca debe de ser un instrumento que favorece a unos y denigra a otros u ofrece verdades a medidas. El periodista tiene que ser auténtico, puro, no contaminado, neutral, conciso y claro. Y tiene que estar al servicio de los demás, a favorecer la construcción de un mundo mejor, de una sociedad más justa. Ofrecerá una información que permitirá al otro saborear, asimilar y juzgar lo que se le ofrece, sin engreimientos ni vanaglorias inmerecidas. Antes de escribir se arrodillará para que sus palabras sean inspiradas, dará gracias por el don recibido y será humilde. Levantará la mano del papel para obviar toda ofensa y revancha; escribirá para elevar al hombre a lo sublime no para destinarlo a los infiernos. El periodista será un constructor de paz.
En este nuevo espacio que se abre en la inmensidad de la red, se me ofrece el alféizar desde dónde poder escribir, como si les hablara, mi opinión personal que no necesariamente coincidirá con la de aquellos que se entretengan con mis letras. Pero mi opinión será tan respetable como la de otro y, ambas, con sana y constructiva discusión, contribuirán, como ontribuye la disparidad de opiniones y criterios, a que el respeto y la tolerancia brillen por su propia idiosincrasia. El día en el que nos acobardemos por expresar lo que sentimos, habremos perdido nuestra propiedad y genuina personalidad y seremos como muertos.
El lector no debe ser un actor pasivo que recibe impasible toda sucesión de datos. Debe leer con espíritu crítico, con erudición y espíritu de análisis y contraste, sin dejarse llevar por lo que podrían ser palabrerías baratas vendidas al mejor postor.
Comienza una nueva aventura que puede desembocar en un proyecto interesante si se mantiene el mismo espíritu que la llevó a cabo. La aventura no estará exenta de críticas, malentendidos e incomprensiones. Con el tiempo se afianzan las ideas y con el tiempo se adquiere habilidad para saltear las envestidas.
Deseo proyección, futuro y firmeza. La ilusión, esfuerzo y buena fe que han motivado este nuevo diario informativo lo merece.
El éxito para quienes trabajan y creen en sí mismos están asegurados.
¡Suerte para esta nueva andadura!