Los brasileños han hablado. Jair Bolsonaro, ultraderechista, exmilitar de 63 años será el nuevo presidente de Brasil. Justo después de ganar este domingo con un 55.13% frente al 44.87% de Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), Bolsonaro ha manifestado unas palabras en Facebook y ha comparecido en la televisión. La tensión, la desinformación en las redes sociales y las actitudes antidemocráticas de Bolsonaro dan fin a una campaña que deja en la presidencia a la ultraderecha.
«Voy a gobernar al lado de la Constitución y por la unión del país», esa fue su primera declaración tras saber que le habían elegido presidente. Bolsonaro se ha convertido en el primer presidente de extrema derecha desde la redemocratización del país. De hecho, sus amenazas contra diversos colectivos sociales y ataques han sembrado en Brasil la incertidumbre, fortaleciendo el apogeo de la extrema derecha en todo el continente.
Bolsonaro ha conquistado a algo más de la mitad del país definiéndose a sí mismo como un candidato antipetista (contrario al Partido de los Trabajadores). Su principal estrategia ha sido clave: sembrar el odio en la sociedad por el PT. El exmilitar consiguió extraer el hartazgo de la sociedad y el cansancio que los brasileños sienten por la política del país. «Todos juntos vamos a cambiar el destino de Brasil», dijo el ganador en Facebook. «No podemos seguir coqueteando con el socialismo, con el comunismo, el populismo o el extremismo de izquierda», y ha asegurado que su gobierno será «constitucional y democrático».
Bolsonaro, que por sus declaraciones polémicas y su estilo autoritario recuerda a Donald Trump o al italiano Matteo Salvini, entrará al Palacio de Planalto después de casi trece años de gobierno del PT. Ahora queda por ver si el nuevo mandatario apuesta por la unión de un país dividido o por el odio sembrado hacia la izquierda del país, homosexuales y mujeres.
