La mañana del 10 de marzo quedará marcada en el calendario a partir de ahora. No solo porque Pablo Iglesias, en un discurso con un aire muy tuitero, introdujera por primera vez a Paca La Piraña en el Congreso y Nadia Calviño preguntara «Paca ¿qué?», sino por la oleada de mociones de censura que se produjo en prácticamente tres horas. Y eso ha cambiado completamente el rumbo del panorama político español.
Más que una jornada política parecía una final de Wimbledon: tú presentas moción de censura en Murcia, yo anuncio convocatoria de elecciones en Madrid, tú registras moción de censura en Madrid y yo actúo por el bien de los madrileños. Ahora será el Tribunal Superior de Justicia de Madrid quien arregle este lío jurídico, cuyo plazo acaba el martes. Porque la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, insiste en que la Asamblea de Madrid se disolvió a las 11.45h. La moción de censura de Más Madrid se registró a las 13:03. La de Gabilondo, solo cuatro minutos después. El problema es que Ayuso anunció la disolución antes de que se publicara el decreto en el BOCM, que salió en la madrugada del día 11. En este caso, las mociones, siguiendo el Estatuto de Autonomía, prevalecerían sobre la convocatoria de elecciones. Ayer la Mesa de la Asamblea aceptó la disolución, pero recurrió el adelanto electoral ante los tribunales. Aquí se encuentra el debate ahora.
Aunque el debate que no se entiende mucho es el que han tenido PP y Ciudadanos hoy mismo sobre la moción de censura en Murcia. Ahora parece no salir adelante porque el Secretario General del PP, Teodoro García Egea, ha «convencido» a tres diputados de Ciudadanos que firmaron la moción para desestimarla. Sea como sea, la presentación de esa moción de censura en Murcia ha desembocado en una crisis política cuyo fin no parece cercano. Y llama mucho la atención que Ciudadanos presente una moción de censura con el apoyo del PSOE cuando en 2016 se negó rotundamente a pactar con los socialistas en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas aunque eso les garantizaba su presencia en los gobiernos. Ese cambio de estrategia podría causar su desaparición.
Si los resultados en las Generales de 2019 ya fueron malos, los de Cataluña del 14-F fueron aún peores. De ser la primera fuerza política pasaron a ser la penúltima. Solo superaron en escaños al PP. Si la moción de censura en Murcia fracasa, tal como se está anunciando en estos momentos, Ciudadanos podría estar literalmente en sus últimos días. Más que nada porque la estrategia de convertirse en un partido bisagra ha hecho que todos los partidos políticos pierdan la confianza en la formación de Inés Arrimadas. Ahora mismo no tiene apoyos de nadie. Y sin apoyos no hay política en este país en estas circunstancias.
Quien sí ha conseguido apoyos (aunque por supervivencia) es Ayuso. El moderado discurso que Casado había tomado después de la ruptura con Vox el pasado mes de octubre parece haber llegado a su fin. Esa intención de acercarse al centro derecha no le fue bien en Cataluña porque Vox le arrebató sus votos. Ahora su supervivencia dentro del partido depende de Ayuso. Y por eso se ha tomado al pie de la letra las palabras que la presidenta en funciones de la Comunidad de Madrid dijo en la comparecencia en la que anunció la convocatoria de elecciones: «Socialismo o libertad». Parece ser que esas palabras han marcado a la derecha, porque la líder de Vox en Madrid, Rocío Monasterio, las repitió exactamente unos momentos después.
La cuestión es que si hay elecciones, Ayuso las pierde y la moción de censura de Murcia prospera, Casado habría perdido dos importantes gobiernos. Pero es que aunque Ayuso revalide su gobierno, si no consigue mayoría absoluta (algo muy difícil), el PP tendría que acercarse a Vox y acabar con ese distanciamiento en el que tanto empeño ha puesto Casado. Ahora el PP ya no tiene los apoyos de Ciudadanos y su espectro deja libre la derecha única y exclusivamente para el Partido Popular y Vox. Lo que hay que tener más en cuenta en esta situación es que ahora el PP depende de la extrema derecha para conseguir formar gobierno, y eso marcará mucho la política de los populares a partir de ahora.
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