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¿Qué pasa con los jóvenes y sus expectativas laborales?

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Colas ante una oficina de empleo / Diario Sur

Con la llegada de la pandemia de la Covid-19, los primeros en caer del mercado laboral fueron los jóvenes. Acumular contratos temporales, soportar trabajos precarios o, directamente, esperar turno en la cola del paro. Esta es, en la mayoría de los casos, la situación a la que se enfrentan los menores de 25 años. Y el futuro no se les presenta con demasiadas expectativas laborales.

Solo hay que echar un vistazo a las cifras para darse cuenta de que el coronavirus también ha confinado las ilusiones y expectativas laborales de los jóvenes. La tasa de paro juvenil en España, que analiza la situación laboral de los jóvenes entre 15 y 24 años, encabeza el ranking con un 40,9% de desempleados. Un porcentaje que duplica la media europea del 17,1%, según los últimos datos de Eurostat.

Pero esto no era así hace un año. En enero de 2020, un mes en el que la palabra “virus” empezó a sonar en el continente asiático, la tasa de paro era de un 31%, casi un 10% menor que en la actualidad. Ahora, España está posicionada como el país con más jóvenes desempleados de Europa, por encima de países como Grecia e Italia.

Estudiar para tener un buen futuro

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Fuente: Telecinco

Ni siquiera funciona el consejo que cualquier madre o padre daría a sus hijos para que consiguiesen un buen trabajo: tener estudios. El paro entre los licenciados españoles (entre 30 y 34 años) también duplica la media, con 9,8% frente al 5,8% europeo, según datos de 2018. Por esta razón, el Banco de España atribuyó en un artículo recogido por Servimedia que esta elevada tasa de paro se explicaba por la «menor calidad de la educación superior en España».

¿Cómo se mide la calidad del sistema universitario? Una forma de hacerlo es realizar la proporción de titulados superiores que trabajan en puestos de elevada cualificación, algo que en España se da en menor proporción que en Europa. Sin embargo, estas desigualdades «no parecen deberse a la distinta especialización por carrera». Tanto en España como en la zona del euro, las ciencias sociales y jurídicas son las titulaciones más frecuentes.

Llevado a la práctica, la mayoría de jóvenes universitarios se gradúan con bajas expectativas laborales y con la única alternativa de seguir estudiando un máster. O, por otro lado, acaban en un puesto de trabajo que poco tiene que ver con lo que han estudiado. Por no hablar de lo que cuesta, en muchas ocasiones, deshacerse de la eterna condición de “becario”. La frase “requiere experiencia” es una de las que más preocupa entre los estudiantes, que se encuentran perdidos en un mercado laboral que no arriesga por ellos.

Pensar en una estabilidad

Sin embargo, mientras las cifras muestran una realidad dramática, las preguntas de «por qué los jóvenes no se independizan» y «por qué no tienen hijos» no dejan de aparecer. Pensar en tener una estabilidad económica que permita tener una casa propia o formar una familia es, para la mayoría, una utopía.

Las cifras en este asunto también son preocupantes. La edad media de emancipación en Europa es de 26 años, pero en España asciende hasta los 29, según Eurostat. Teniendo en cuenta, por otro lado, los precios de los alquileres, la pregunta de «por qué los jóvenes no se independizan» parece responderse sola.

De hecho, Ger Sanc, un influencer de 26 años con más 135 mil seguidores en Instagram, se hizo viral en redes sociales por hablar de este tema. Fue la voz de toda una generación. Una voz indignada por la precariedad y harta de escuchar que existe una falta de iniciativa. “Ganas no me faltan, ¿eh? Porque con 26 años hay muchas cosas que necesitas hacer para seguir avanzando como persona”, dijo nada más comenzar.

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Fuente: La Vanguardia

Entre otras cosas, Ger explicó que, si quieres independizarte, la solución está clara: “Tienes o que ser rica o renunciar a derechos humanos básicos aprobados por la ONU”. De lo contrario, las opciones que les quedan a los jóvenes para emanciparse son tener la cama al lado del retrete o compartir casa con 17 personas, como si fueses concursante del reality Gran Hermano.

“Porque si yo quiero irme solo, como persona empoderada que soy, con condiciones decentes, tengo que gastarme todo mi sueldo o el 90% de él si encuentro alguna ganga”, expresó el influencer. Con humor, pero con mucha crítica. Un vídeo que consiguió más de 22 mil likes y que llegó a los grandes medios de comunicación como toda una revelación.

También es una cuestión emocional

La realidad es que ya no es solo una cuestión económica, sino también emocional. ¿Qué consecuencias está teniendo este futuro incierto para los jóvenes?

El desempleo puede ser considerado uno de los eventos más estresantes para el individuo, una situación que puede acarrear efectos graves como ansiedad y depresión, una disminución de las relaciones sociales y pasividad. Por su condición de dependencia hacia las figuras parentales, los jóvenes no pueden tomar decisiones relevantes, algo que Ger refleja en su vídeo de forma cómica con frases como: “Necesito decorar yo mi propia casa, no puedo seguir viviendo con el gotelé”.

Esta incertidumbre se ve más y más agravada con la pandemia del coronavirus, lo que está suponiendo un golpe duro para la salud mental de toda la sociedad. Pero siguen siendo los jóvenes los que se encuentran en situación de vulnerabilidad laboral y social. Por esta razón, con o sin gotelé, es probable que los menores de 29 años no puedan ser económicamente independientes. No saben qué pasará en el futuro, pero sí pueden afirmar que el coronavirus ha confinado también las pocas expectativas laborales que les quedaban a los jóvenes.

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