A las 11:35 de la mañana del 8 de agosto de 1969, un agente de tráfico cortó el tránsito en la esquina de Abbey Road y Garden Road para que el fotógrafo Ian McMillan retratara lo que más tarde sería la portada del disco homónimo que estaban grabando por aquel entonces. Hoy se cumplen 50 años desde aquel momento.
Pero el nombre del disco, sin embargo, no iba a ser Abbey Road, sino Everest, en honor a la marca de cigarrillos que fumaba uno de los ingenieros de la grabación, Geoff Emerick. Aunque pensaron en viajar hasta el Himalaya para tomar la foto, McCartney decidió que era más fácil hacerlo en un lugar más cercano. Y así fue: Abbey Road era la calle en que se encontraba el estudio donde grababan su disco.
Diez minutos tardó el fotógrafo en tomar una de las imágenes más reconocidas de la cultura musical. Una producción simple y sin mucha edición que, sin pretenderlo, se convirtió en una de las últimas fotografías de Paul McCartney, George Harrison, John Lennon y Ringo Starr como grupo. Fue McCartney quien ya tenía diseñado un boceto con la idea básica de la foto. «Fueron seis fotos en total. John fue quien llamó a Ian, al que conocía gracias a Yoko Ono, pues ya le había tomado algunas fotos», declaró Fernando Blanco, autor de algunos libros sobre la historia de la banda.
Desde entonces, tanto grupos musicales como millones de turistas en el mundo han reversionado la imagen en la famosa calle del tranquilo barrio londinense de St. John’s Wood. De hecho, hasta allí se han acercado hoy cientos de fans para rememorar el momento en que los cuatro Beatles cruzaron la calle. Dos hechos, asimismo, simbolizan la foto que dio cara al último disco de los artistas que revolucionaron el panorama musical de los 60: una cámara instalada en la esquina que hace fotos a los grupos que se reúnen allí para inmortalizar su paso por el famoso lugar, y un cuadro gigante colgado en las paredes del Cavern Club de Liverpool, en el que se recogen todas las parodias y versiones realizadas en la calle.
La foto también alimentó la teoría de que Paul McCartney estaba muerto, pues se rumoreaba que la imagen recreaba la escena de un funeral: John era el sacerdote vestido de blanco, Ringo de negro por el luto, Paul estaba descalzo y representaba al fallecido (algunos pensaban que era un doble), y George iba de enterrador.
En la fotografía se encuentra un escarabajo Volkswagen aparcado en la acera izquierda. Pese a que los productores pidieron su retirada, no pudieron encontrar al dueño, así que quedó inmortalizado en el retrato. Años más tarde, el coche se vendió por una importante suma de dinero. Aparece también un hombre mirando, de lejos, lo que estaba sucediendo. Era Paul Cole, un estadounidense que estaba de vacaciones en Londres y tachó de locos a los Beatles «por su look tan radical para la época. Uno no camina por Londres descalzo», según contó en una entrevista. Un año después de la foto, el Cole se encontró en la portada del álbum: «tuve que convencer a mis hijos de que era yo».
Aunque Let it be se lanzó en 1970, Abbey Road -publicado el 26 de septiembre de 1969- fue el último álbum grabado por Los Beatles, porque el primero se grabó antes. Entre las canciones más destacadas del álbum se encuentran «Come Together», «Oh! Darling», «I Want You» o «Here Comes The Sun».
¿Quieres estar al tanto de las noticias de Cultura que se publican en InfoDiario?
InfoDiario es un proyecto periodístico liderado por jóvenes estudiantes de Periodismo. Nos ayudas a crecer.
Pulsa aquí para seguirnos en facebook.
Para instagram, pulsa aquí
Síguenos en twitter pulsando aquí