El lunes 28 de febrero se emitió el último capítulo de la segunda temporada de Euphoria en HBO. Esta serie se ha convertido en la segunda más vista de la plataforma, por detrás de Juego de Tronos. De hecho, ha conseguido 13 millones de espectadores por episodio y 3,2 millones en directo en el cuarto capítulo.
Esta nueva temporada ha venido con nuevos contratiempos amorosos, donde se percibe un ambiente hostil de rupturas y peleas. El público ha recibido el último capítulo con buenas críticas, aunque tendrá que esperar hasta 2024 para poder disfrutar de la tercera temporada. Los fans cronometran cada segundo que pasa hasta que llegue ese día en el que volver a llenar este vacío existencial.
Esta segunda temporada nos ha traído nuevas sorpresas con apariciones de famosos como la actriz Minka Kelly o el rapero Lil Meech. Y también nuevas relaciones entre los personajes como la de Nate y Cassie, o nuevos amores como Fezco y Lexi. Pero también la muerte inesperada de un personaje que ha dejado boquiabierto al público: el niño de 11 años, Ash. Hemos visto una temporada donde reina el caos: extorsiones, asesinatos y malos tratos. La cruda realidad de una juventud silenciada y olvidada, donde se le achaca el ser de ‘cristal’, a pesar de partir con una desventaja: la falta de esperanza.
Los últimos capítulos tienen un nuevo favorito: Lexi Howard. Un personaje que pasó totalmente desapercibido en la primera temporada, pero que se ha convertido en la reina del espectáculo. Gracias a Our life (la obra de teatro escrita, dirigida y protagonizada por ella) nos hemos dado cuenta de que ha sido siempre una mera espectadora de su vida. Pero a partir de ahora todo va a cambiar, porque ella será la protagonista de su propia historia, y no su familia y amigos. Aunque esta transformación no ha sido fácil, ya que ha tenido que lidiar con los fantasmas de su pasado: la toxicomanía y el abandono de su padre.
También nos encontramos con nuevos personajes como Elliot, interpretado por el cantante Dominic Fike. Este nuevo estudiante representa la manzana prohibida de la que Rue debe evitar comer, para no recaer en las drogas. Una aparición que ha hecho reflexionar sobre la relación entre Rue y Jules, entrometiéndose en una pareja que pendía de un hilo casi invisible.
Otro pasajero importante de esta montaña rusa es Nate Jacobs, el hombre de acero diseñado por los roles de género. Durante su infancia tuvo que asimilar unos momentos traumáticos que destruyeron al Peter Pan que vivía en su interior: los vídeos de pedofilia de su padre Cal. Esto creó a un adolescente frío y violento que invalida sus sentimientos para no aparentar una imagen de ‘debilidad’. Esta situación postraumática en su adolescencia repercutió en su relación con las mujeres, convirtiéndole en un manipulador y psicópata emocional.
Pero el verdadero Ulises de esta odisea es Rue, una bomba adolescente detonada por la muerte de su padre, donde su onda expansiva de autodestrucción por las drogas desintegra a las personas que la rodean. Las recaídas y falsas promesas son las cadenas que no le permiten avanzar para completar su rehabilitación. Rue se encuentra en un puzle donde sin la pieza central (su padre) le cuesta unir las demás para seguir viviendo. Un dilema moral entre la desintoxicación y el suicidio que se desconoce si será resuelto en la próxima temporada.
Euphoria se ha convertido en una de las series más realistas del siglo XXI, representando un mundo donde las drogas se cobran vidas cada día, donde las redes sociales crean máquinas sexistas, donde la violencia domina nuestra sociedad. Una realidad que proyecta el director Sam Levinson a modo de crítica para hacer reflexionar a la juventud si este es el camino adecuado por el que seguir. O si hay que buscar una ruta alternativa para llegar sanos y vivos al próximo destino: la adultez.
Una serie que mezcla las mismas tramas que Thirteen reasons why y Sex education para romper con los tabús sobre el suicidio, sexo y drogas. Pero también ha servido como un espejo para visibilizar la realidad trans, bi y homosexualidad. Pero sobre todo, gracias a esta serie nos hemos dado cuenta de que la adolescencia es la etapa más difícil y delicada de la vida. Unos años en los que nos encontramos en el filo de un acantilado donde nuestras decisiones y actos determinarán nuestra caída al abismo o salvación.
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