La separación de los Jonas Brothers allá por 2013 supuso el fin de la infancia y la adolescencia para muchos, después de que su exitosa carrera comenzara cinco años antes gracias a Disney Channel. Su vuelta a los escenarios ha sido una fusión entre la nostalgia del pasado y la madurez del presente. El regreso de Joe, Nick y Kevin es el comienzo de la felicidad. Y así han titulado a su nuevo trabajo discográfico, ‘Happiness begins‘.
El pasado domingo miles de recuerdos volvieron al Wizink Center de Madrid para cantar a pleno pulmón las canciones de siempre, pero con una acogida excelente a las nuevas incorporaciones. Con un poco de retraso y unos teloneros dignos de nombrar, Picture This y John Mc Graw, los hermanos Jonas descendieron en una plataforma desde la parte superior del escenario. El inicio recogió todo lo que significa su vuelta. Rollercoaster marcó el inicio de un paseo por la vida de los protagonistas de la noche, con una iluminación impecable y unas proyecciones en las que se reencontraron con su ‘yo’ del pasado. S.OS. hizo gritar a las más de 15.000 personas que llenaron aquel recinto de Madrid.
Con Cool y Only Human demostraron la seguridad que siguen teniendo sobre el escenario. Una de las cosas que más sorprendieron fue, quizá, la fuerza con que los hermanos cantaron cada canción. Así fue That’s just the way we roll, con la que levantaron a los pocos que quedaron de pie. Uno de los momentos más especiales del concierto llegó con Hesitate, un tema que Joe escribió para la actriz Sophie Turner, cuya rubia melena destacaba sobre el público. Sobre un segundo escenario en el otro lado del recinto, un cielo estrellado de flashes y tres esferas gigantes que giraban a su alrededor ayudaron a crear la emoción que desprendió aquel momento, y les acompañó a interpretar Gotta find you, una de las canciones de Camp Rock que les llevó al éxito. Un medley de los temas de sus primeros álbumes en el que se encontraban Hold on, Paranoid o Play my music -también de Camp Rock-, llevó a la locura a todos los fans que esperaron más de diez años para vivir ese momento.
Presentaron su nuevo single, What I man gotta do y, con una puesta en escena impresionante, la alegría llegó con Cake by the ocean, de DNCE, el grupo de Joe Jonas antes de la vuelta de los Jonas Brothers. Muñecos hinchables rodearon el escenario y el pequeño pasillo entre ambos escenarios, y fuegos artificiales iluminaron aún más las proyecciones y la música que acompañaron a las voces de los cantantes. Jealous reveló la fuerza vocal de Nick Jonas y la intensidad con la que el público vivió este concierto.
Si con Hesitate ya dejaron al público sin lágrimas, ni los más fuertes pudieron resistirse a When you look me in the eyes, un tema que interpretaron con una emoción que traspasó al público al son del primer acorde de la guitarra de Kevin. Un piano bajó desde las alturas y I believe, Fly with me y Lovebug robaron el aliento a los asistentes. Habría sido la clausura perfecta del concierto, pero sabían que quedaba algo más. Y así fue. Después de un apagado de luces al final de Year 3000, el escenario se incendió con Burnin’ Up y los hermanos aparecieron con plataformas que les elevaron desde debajo del escenario. Sucker, el primer sencillo de su nuevo trabajo discográfico fue el previsible final.
Los Jonas Brothers montaron un show de una hora y media que pasó como si solo hubieran sido cinco minutos. Con una energía y unas voces impecables, los hermanos se pasearon por el enorme escenario sin dejar que nadie dejara de saltar ni un solo minuto. Aquel era un público unido por una sola razón: volver a revivir lo que el pasado se llevó y hacer hueco para un futuro en el que la felicidad acababa de comenzar. Así fue el ‘Happiness Begins Tour’.
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