El museo fundado por Juan VI, rey de Portugal, ardía la pasada noche del domingo tras cerrar los accesos al público. Con 200 años de historia, se posiciona como la institución científica y de historia más antigua del país y de los más importantes en América Latina.
Según los primeros reportes, no se tiene que lamentar ninguna víctima y se desconocen las causas que originaron las llamas a las 19:30 horas (00:30 hora española) en el museo ubicado en la Quinta da Boa Vista, Río de Janeiro, un palacio señorial que antiguamente estaba habitado por la familia real portuguesa.
Solo el 1% de la colección del museo estaba expuesta. Sin embargo, el edificio albergaba importantes piezas como el segundo meteorito más grande del mundo, la mayor colección de arqueología egipcia de Latinoamérica, la mayor colección de arqueología grecorromana del sur del América Latina, un importante acervo paleontológico o Luiza, el esqueleto humano más antiguo de América, con 12.000 años, entre muchas otras piezas. Además, en el Museo Nacional de Brasil se encontraba la mayor biblioteca científica y antropológica del país.
“La pérdida del acervo del Museo Nacional es incalculable para Brasil. Se han perdido 200 años de trabajo, investigación y conocimiento. Es un día triste para todos los brasileños” lamenta Michel Temer, Presidente de la República de Brasil.
Según medios brasileños, la institución no recibía desde 2014 los 128 000 dólares anuales que el gobierno daba para las tareas básicas de conservación y restauración del museo. En consecuencia, muchas paredes estaban en mal estado incluso con conexiones eléctricas al descubierto, situación que los empleados habían reportado con preocupación anteriormente.
Luis Fernando Duarte, vicedirector del museo, criticó en los medios locales “la falta de apoyo y la falta de conciencia”. Añadía: “luchábamos desde hace años, en distintos gobiernos, para lograr recursos para preservar adecuadamente todo lo que fue destruido hoy”. Para el Ministro de Cultura de Brasil, Sérgio Sá Leitao, se encuentran en un “día de luto” para el país.
Este es el tercer museo que consumen las llamas en Brasil. En 2016, la Cineteca brasileña perdía 1.000 películas latinoamericanas por un incendio y, meses antes, el Museo de Idioma Portugués también fue arrasado por un fuego; ambos en São Paulo.