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Delito de “lesa majestad”: qué es y la polémica en Tailandia

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El pasado viernes, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) instó al Estado tailandés a enmendar la ley de lesa majestad (artículo 112 del Código Penal), al considerar que esta vulnera el derecho fundamental a la libertad de expresión. Además, la ACNUDH se mostró preocupada ante la manera en que Tailandia aplica la ley contra los manifestantes prodemocráticos. Pero, ¿qué es un delito de «lesa majestad»?

¿Qué es un delito de “lesa majestad”?

El delito de lesa majestad comprende la crítica, denigración, difamación, ofensa o amenaza al rey, la reina, al heredero al trono o al regente.

Sin embargo, las autoridades tailandesas la utilizan contra cualquier acto considerado lesivo para la institución, contemplando condenas de entre 3 y 15 años de cárcel para quienes incurran en este delito.

¿Qué está pasando en Tailandia?

Desde julio de este año, los estudiantes tailandeses han organizado y liderado frecuentes movilizaciones, algunas multitudinarias, para pedir la dimisión del general responsable del golpe de Estado y desde entonces primer ministro, Prayut Chan-Ocha. Además, reivindican reformas que reduzcan el poder de los militares y la monarquía, y protestan por la regeneración política en el país.

Con sus protestas, los manifestantes han roto el tabú del debate sobre la cuestión monárquica. La monarquía es una institución venerada por muchos tailandeses, y las movilizaciones suponen un desafío directo al rey actual, Vajiralongkorn, de 69 años. El monarca heredó el trono en 2016, y se le acusa de tomar el control personal de varias unidades del Ejército y de la vasta fortuna real, además de recibir críticas por sus largas estancias en Alemania.

La situación, seguida por la ONU desde hace tiempo, se ha agravado tras la detención de un menor de 16 años que fue llevado por la policía ante el Tribunal Juvenil con una petición de arresto. Pese a que el Tribunal denegó la petición y concedió al menor la libertad bajo fianza, como declaró la portavoz de la ACNUDH, Ravina Shamdasani, saltaron las alarmas en la ONU, que exigió el cese de las imputaciones a manifestantes pacíficos por delitos de lesa majestad.

Tailandia se defiende

La ONU lleva meses pidiendo al Estado tailandés que reformule el delito de lesa majestad en base a los estándares internacionales, en especial al Convenio Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

El portavoz del Gobierno, Anucha Burapachaisri, declaró en un comunicado que la ley no vulnera la libertad de expresión, sino que es equiparable a la ley de difamación que ampara a todos los ciudadanos tailandeses.

Además, Burapachaisri alegó que la ley es similar a otras en otros países, y aseguró que Tailandia no está atentando contra el derecho de los manifestantes a protestar pacíficamente. El portavoz se cubre las espaldas afirmando en el comunicado que «aquellos que han sido arrestados han violado otras leyes tailandesas y en su mayoría han sido liberados».

60 años de prisión: el caso de Pongsak Sriboonpeng

Pongsak Sriboonpeng, de 48 años, fue condenado en 2015 por el tribunal militar de Bangkok a 60 años de prisión por seis comentarios que realizó en Facebook (10 años por cada uno de ellos). Posteriormente, su pena fue reducida a la mitad después de que se declarara culpable de los cargos que se le imputaban.

Ya entonces la oficina de derechos humanos de la ONU expresó su “consternación” por las crecientes y desmesuradas condenas impuestas en Tailandia por delitos de lesa majestad, subrayando especialmente la condena de Sriboonpeng, y la de una mujer sin identificar condenada también a 56 años de prisión (igualmente reducidos a la mitad como en el caso de Sriboonpeng) por comentarios ofensivos hacia la corona en Facebook.

Además, la ONU reconoció en el mismo comunicado estar “alarmada por el empeoramiento de las difíciles condiciones de detención” y denunció que “los tribunales no cumplen las normas internacionales de derechos humanos, incluido el derecho a juicio justo”, pidiendo la libertad para todas las personas condenadas por este tipo de delito.

El golpe de Estado de 2014 y el complejo escenario tailandés

Desde el fin de la monarquía absolutista en Tailandia en 1932, los militares han dado 18 golpes de Estado, 11 de ellos con éxito. El último, en 2014, fue llevado a cabo después 6 meses de protestas antigubernamentales. Tras dos días bajo el estado de excepción, que ordenaba a los manifestantes la dispersión y prohibía las reuniones de más de 5 personas. Además suspendieron la Constitución y establecieron un toque de queda de diez de la noche a cinco de la mañana. El Jefe de las Fuerzas Armadas y hoy primer ministro, Prayuth Chan-Ocha justificó el golpe declarando que  “Para que la situación vuelva rápidamente a la normalidad y para que la sociedad recupere la paz de nuevo, el Ejército tiene que asumir los poderes”.

En el trasfondo de la crisis está el enfrentamiento entre los partidarios del rey Bhumibol Adulyadej (padre del rey actual) y el ex primer ministro Thaksin Shinawatra, muy popular entre los más desfavorecidos. El Ejército depuso a Shinawatra en 2006 bajo acusaciones de corrupción y falta de respeto al rey, y este huyó del país en 2008 para evitar ir la cárcel.

La Constitución actual fue redactada en este contexto por la antigua junta militar (2014-2019) liderada por el general Prayut Chan-Ocha.

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