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La cuarta vida de Mark Rutte

El primer ministro neerlandés consigue seguir en el poder tras reeditar la coalición de la legislatura pasada

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Gabinete Mark Rutte IV tras su toma de posesión ante el rey Guillermo Alejandro en La Haya // Cuenta de Twitter oficial del Ministerio de Asuntos Económicos y Clima países bajos
Gabinete Rutte IV tras su toma de posesión ante el rey Guillermo Alejandro en La Haya // Cuenta de Twitter oficial del Ministerio de Asuntos Económicos y Clima

Este lunes el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, y su equipo juraron sus cargos ante el rey Guillermo Alejandro en el Palacio Noordeinde de La Haya, dando inicio al cuarto gabinete dirigido por el liberal 10 meses después de las elecciones. En esta ocasión se ha conseguido reeditar la coalición de la anterior legislatura entre los liberales de derecha de Mark Rutte (VVD), los liberales de izquierda de Sigrid Kaag (D66), los democristianos de Wopke Hoekstra (CDA) y la Unión Cristiana (CU). Esto ocurre después de que Países Bajos lleve un año con un gobierno en funciones, tras la implosión del anterior gobierno en enero de 2021 y las elecciones generales de marzo de 2021.

A finales de 2020 la sociedad neerlandesa se encontraba con uno de los mayores escándalos de la historia reciente de su país. Según adelantaban medios nacionales, la Agencia Tributaria había acusado erróneamente entre 2013 y 2019 a miles de familias de bajos ingresos de fraude fiscal por pedir ayudas económicas destinadas a pagar las guarderías y cuidados de sus hijos. Este escándalo afectó a más de 47.000 familias y 97.000 menores, la mayoría de procedencia inmigrante. Además, a raíz de este colosal error, la Administración obligó a los afectados a devolver las subvenciones recibidas (cantidad que, a lo largo de los años, ascendía a varios miles de euros por familia), que acabaron arruinados económicamente, y muchos menores fueron puestos bajo la tutela del Estado debido a las -falsas- acusaciones de fraude vertidas sobre sus progenitores. Este escándalo provocó que el primer ministro Mark Rutte y la cúpula de su gobierno anunciaran su dimisión en bloque en enero de 2021, manteniéndose en funciones hasta la formación de gobierno una vez celebradas elecciones, previstas para el mes de marzo.

Las elecciones generales volvieron a dar como vencedor al partido de Rutte (incluso mejoró ligeramente sus resultados anteriores). Junto a los otros miembros de su coalición obtenía una amplia mayoría parlamentaria, al contrario que en las elecciones de 2017, cuando lograron una mayoría muy ajustada. Aunque parecía que a partir de ese momento todo sería un camino de rosas para el primer ministro, el resto del 2021 se antojaría más difícil de lo que se esperaba.

Mark Rutte, «el hombre de teflón»

En Países Bajos Mark Rutte es apodado en ocasiones como “el hombre de teflón”. Esto se refiere a que, al igual que una sartén de teflón es anti-adherente, a Rutte los escándalos políticos le resbalan y acaban afectando a otros socios de su gobierno. Sigrid Kaag, líder del partido Demócratas 66, ministra de Exteriores y diplomática con experiencia en Oriente Medio, dimitió de su cargo en agosto de 2021 tras la desastrosa repatriación de personal diplomático y el abandono de colaboradores afganos tras la caída de Kabul a manos de los talibán. El personal holandés de la embajada fue evacuado tan súbitamente que sus colaboradores afganos se encontraron al día siguiente con la embajada vacía y sin poder contactar con los que hasta entonces habían sido sus compañeros de trabajo. Además, la embajada estaba cerrada a cal y canto con los pasaportes de los colaboradores dentro, por lo que estos ya no podían intentar coger uno de los pocos vuelos que abandonaban el país. Los colaboradores afganos llevaban meses pidiendo a Países Bajos que se les incluyera en un posible plan de repatriación.

Por otro lado Wopke Hoekstra, líder de la CDA y ministro de Finanzas, dejó su cargo cuando su nombre apareció en los Pandora Papers, acusado de comprar acciones de una sociedad offshore en las Islas Vírgenes Británicas. Curiosamente, Hoekstra es considerado uno de los “halcones” de la Unión Europea y fue la principal oposición a la creación del fondo de recuperación COVID, argumentando que España e Italia “no habían hecho los deberes” en cuanto a políticas de austeridad y acusó a ambos países de “despilfarrar”.

Con este panorama de crisis interna del gobierno, desgaste de los socios de coalición y fuerte oposición en el Parlamento, las negociaciones para un nuevo ejecutivo se demoraron varios meses hasta que el pasado diciembre Rutte y sus socios anunciaron que habían llegado a un acuerdo de gobierno y que el nuevo gabinete tomaría posesión en enero.

El gabinete más paritario de la historia de Países Bajos

El nuevo gabinete, bautizado como Rutte IV (al ser el cuarto gobierno consecutivo de Mark Rutte), se caracteriza por ser el más paritario de la historia del país, con 10 ministros y 10 ministras:

Los liberales de derecha de Mark Rutte controlarán siete ministerios: Justicia y Seguridad (Dilan Yesilgöz-Zegerius), Asuntos Económicos y Política Climática (Micky Adriaansens), Infraestructura (Mark Harbers), Comercio Exterior y Ayuda al Desarrollo (Liesje Schreinemacher), Atención Primaria (Conny Helder), Educación (Dennis Wiersma) y Naturaleza y Nitrógeno (Christianne van der Wal).

Por parte de los liberales de izquierda de D66, Sigrid Kaag se convierte en la vice primera ministra primera y pasa a ser ministra de Finanzas (la primera mujer en el cargo). Su partido además ocupará otras cinco carteras ministeriales: Defensa (Kajsa Ollongren), Sanidad y Deporte (Ernst Kuipers), Cultura y Ciencia (Robbert Dijkgraaf), Fiscalía y Reforma Judicial (Franc Weerwind) y Política Climática y Energía (Rob Jetten).

El líder de la CDA Wopke Hoekstra es el nuevo vice primer ministro segundo y pasa a ser ministro de Exteriores. Su partido también ocupa las carteras de Interior (Hanke Bruins Slot), Asuntos Sociales y Empleo (Karien van Gennip) y Vivienda (Hugo de Jonge). Finalmente, la Unión Cristiana ocupa 2 puestos en el gobierno: los ministerios de Asistencia Social y Pensiones (Carola Schouten, que además se mantiene como vice primera ministra tercera) y Agricultura (Henk Staghouwer).

El gobierno ya se ha marcado sus principales objetivos: la lucha contra el calentamiento global (un tercio del país se encuentra bajo el nivel del mar), la crisis económica, la crisis de vivienda y la de nitrógeno. El gobierno ya ha anunciado un fondo de 35.000 millones para la lucha climática y, siguiendo los pasos de Francia, una apuesta por la energía nuclear (no solo prolongando la vida de la única central nuclear del país, sino construyendo dos centrales nuevas) además de un plan para reducir las emisiones de nitrógeno, que en palabras de Rutte es “la mayor crisis de su mandato”. De esta forma Países Bajos espera ser un país de emisiones neutras para 2050.

También se ha anunciado, en el marco de lucha contra la crisis económica, una subida del 7% del salario mínimo y medidas fiscales menos estrictas. Esta posición puede acentuarse con la llegada de Kaag a la cartera de Finanzas, con una visión más proeuropea y “solidaria” que sus predecesores, marcados por la austeridad económica. Esta nueva dinámica también podría significar, en el ámbito europeo, que Países Bajos se aleje de los postulados austeros de los llamados “halcones” o países frugales (Países Bajos, Austria, Dinamarca y Suecia) de los que hasta ahora era líder y que en cambio esté más en sintonía con los países del sur de Europa, siguiendo la estela de Alemania.

Otro proyecto importante es el aumento de construcción de viviendas de alquiler asequible con el fin de atajar la acuciante crisis de vivienda que azota al país, aunque tendrá que enmarcarse dentro de los márgenes de desarrollo sostenible del gobierno. Además se pretende aumentar la financiación en sanidad y educación (se busca especialmente la gratuidad de la guardería, para evitar que se repita el escándalo que llevó a la caída del anterior gobierno).

Un mandato con nuevos retos

Sin embargo, el nuevo gobierno se enfrenta a grandes retos. El más inmediato es decidir si se continúa con el confinamiento y las estrictas restricciones que llevan en pie en todo el país desde el pasado diciembre. Con una sociedad que ha perdido la confianza en las instituciones, el hartazgo de la pandemia, la mala recepción social de las restricciones y el auge del movimiento negacionista y antivacunas el gobierno se encuentra en un posición delicada. Además, dentro de las instituciones, el gabinete se va a enfrentar a tres reprobaciones en la Cámara de Representantes: una por el escándalo de las ayudas a familias que ya tumbó el gobierno anterior, otras por la gestión de la pandemia de Covid-19 y otra más por las extracciones de gas natural en la zona de alta sismicidad de Groningen, en el norte del país.

Con la formación del nuevo gobierno Rutte, que lleva en el poder desde octubre de 2010, se convierte en el mandatario de la UE que más tiempo lleva en el cargo junto con el presidente húngaro Viktor Orbán. En octubre de este año se convertirá en el primer ministro más longevo de Países Bajos. También es posible que este sea su último mandato, y depende de la capacidad de gestión de Rutte IV que «el hombre de teflón» salga por la puerta grande como el líder más memorable de Países Bajos o, por el contrario, corra el riesgo de acabar quemado por la gestión de la pandemia y la crisis social.

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