Fernando Jiménez Sánchez, doctor en Ciencia Política y catedrático de la Universidad de Murcia, explica para InfoDiario.es el verdadero motivo que ha llevado a Putin a iniciar su intervención militar en Ucrania: “Estoy convencido de que su temor es a una Ucrania democrática y próspera al lado, más que a tener la OTAN tan cerca”.
La guerra en Ucrania se ha frenado. Los intentos de negociación entre las partes en conflicto hasta ahora no han sido fructíferos, y Rusia sigue acumulando fuertes sanciones. La persecución de sus oligarcas por toda Europa y el cese de la actividad de decenas de grandes empresas en su territorio augura un complicado futuro económico para el país más grande del mundo. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue observando el avance de la criticada “operación militar especial”.
El «temor» de Putin
Hay muchos motivos que llevaron al gobierno de la Federación Rusa a iniciar su intervención militar en suelo ucraniano. Fue en 2014 con la anexión de Crimea, cuando comenzaron los problemas territoriales. Estalló la crisis del Donbás, y la sociedad se dividió entre prorrusos y proucranianos. Desde ese año, el conflicto se limitó al este del país, con las regiones de Dónetsk y Lúgansk luchando por su independencia, pero el interés del gobierno de Zelensky en ingresar en la OTAN llevó a un nuevo aumento de tensiones. La suma de todos estos factores estalló con la entrada de tropas rusas en el país el pasado mes de febrero.
No obstante, más allá de las razones antes mencionadas, el doctor en Ciencia Política Fernando Jiménez Sánchez añade una causa más: “Las democracias occidentales son un modelo muy atractivo y opuesto al actual gobierno ruso porque prometen libertad y prosperidad. Está claro que ese ideal se ha extendido ya entre los ucranianos y es la base de su capacidad de resistencia. Eso le da pánico a Putin. Estoy convencido que su temor es a una Ucrania democrática y próspera al lado, más que a tener la OTAN tan cerca. Eso sí que es un desafío enorme a su régimen autoritario”.
Las oportunidades de Ucrania
El éxito de Zelensky depende, en gran medida, de la ayuda internacional. La mayor parte de Europa ya se ha volcado con la causa ucraniana aprobando el envío de material militar y armamento, aunque todavía no hay ningún país que se haya decidido a enviar soldados. Pero más allá de las consecuencias inmediatas que está teniendo la guerra, lo que la mayoría se pregunta es qué puede suceder cuando termine. Los escenarios son muy diversos y no están claros, aunque se presta especial atención al ingreso de Ucrania tanto en la Unión Europea como en la OTAN, a pesar de que la primera ha rechazado su petición de ingreso acelerado. A este respecto, el profesor establece que “ingresar en la Unión Europea es un proceso complejo que exige muchas reformas previas, pero Ucrania se ha ganado la simpatía de todos los europeos y la UE hará todo lo posible por ayudarlos si se da la oportunidad. La entrada en la OTAN dependerá sobre todo de si Rusia se debilita con esta guerra. Si es así, casi con toda seguridad Ucrania formará parte de la OTAN antes que de la UE, porque es un proceso más directo”.
¿Qué puede prever un experto en Ciencia Política?
Jiménez vislumbra un futuro incierto. Cree que el objetivo que se propuso Rusia en su intento de derrocar al gobierno ucraniano se basaba en tomar Kiev. Explica que “ese plan no funcionó porque el ejército ucraniano y, sobre todo, la sociedad ucraniana han demostrado una unidad y una resistencia que casi nadie esperaba. La guerra se ha enquistado y se está haciendo mucho más destructiva. Cuanto más tiempo aguante Ucrania, más difícil le va a ser mantener el esfuerzo de guerra a Rusia y más contestación interna habrá en la sociedad rusa”. Hace algunas semanas, este diario tuvo la oportunidad de entrevistar a varios ucranianos residentes en España, y algunas de sus respuestas coincidían con este último argumento.
Pero el hecho de que la guerra entre Rusia y Ucraniase haya ralentizado no garantiza el éxito ucraniano, solo obliga a las tropas rusas a buscar nuevas estrategias. Quizá por ello estos últimos días las mayores novedades no han estado en el frente, sino fuera de él. Muchos países han mostrado su disconformidad con las acciones de Putin y están implementando grandes medidas. “Las sanciones económicas están castigando ya a la economía rusa (aunque la mundial también), pero en estos casos el efecto no suele ser tan inmediato como para que los gobernantes den marcha atrás a su decisión de continuar con la guerra”, asegura el experto en Ciencia Política, que además explica el posible efecto negativo que puede traer consigo un empeoramiento económico sobre la imagen de Putin: “Alguna encuesta rusa señala que los apoyos de Putin están todavía en torno al 60% de la sociedad. Su discurso nacionalista de la Gran Rusia es muy atractivo para mucha gente. Les proporciona un ideal de grandeza en el que creer después de tantos años de decadencia, pero los nacionalismos son muy agresivos y siempre traen más problemas que los que solucionan a la larga”.
¿Es posible que el malestar crezca tanto como para derribar al régimen de Putin?
“Es muy difícil saberlo, pero no es descartable”.
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