Yemen es uno de los países más pobres del mundo. La cruenta guerra civil en la que se encuentra inmerso deja cada vez más muertos en el país, no solo por las balas sino también por la hambruna y la pobreza generadas a partir del conflicto. A todo esto se suma la pandemia del Covid-19 y el dengue, una enfermedad infecciosa causada por un virus que se transmite por mosquitos. Estas son las cinco claves de la guerra de Yemen, el país con “la peor crisis humanitaria a nivel mundial” según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
1. El origen del conflicto
La guerra yemení nació en la Primavera Árabe de 2011. Un levantamiento obligó al entonces presidente autoritario Ali Abullah Saleh, a dejar el gobierno en manos de su vicepresidente, Abdrabbuh Mansour Hadi. Esta transición daba paso, supuestamente, a la estabilidad de Yemen, pero el presidente Hadi hizo frente a los ataques de Al-Qaeda, a un movimiento separatista en el sur del país, a la corrupción, a la crisis alimentaria (según la ONU podría afectar hasta a 14 millones de yemeníes) y al apoyo de muchos militares al anterior presidente.
Entonces el movimiento hutí, defensor de la minoría chiita (consideran a Alí como el primer Imán) de Yemen, que luchó contra el presidente autoritario Saleh durante su mandato, se aprovechó de la debilidad del nuevo presidente Hadi y tomó el control de Saada, una provincia al norte del país. Los sunitas (reconocen a Alí como el cuarto califa) y muchos yemeníes apoyaron a los hutíes también, y tomaron la capital del país, Saná, a principios de 2015. Hadi tuvo que irse al exilio.
2. Los bandos de la guerra
El conflicto se extendió cruentamente en marzo de 2015. Arabia Saudita y otros ocho países árabes, la mayoría sunitas y con el apoyo de Estados Unidos, Reino Unido y Francia, lanzaron ataques aéreos contra los hutíes para restaurar el gobierno de Hadi. Lo que no querían los países de la coalición es que Irán se aprovechara del éxito de los hutíes para tener en Yemen un punto de apoyo. Un apoyo que no logró conseguir Saleh, pues sus propios fieles, los hutíes, lo mataron en diciembre de 2017.
3. El avance del conflicto
Las tropas de la coalición se establecieron en 2015 en la ciudad de Adén y expulsaron a los hutíes y los aliados de gran parte del sur de Yemen. El gobierno de Hadi se implantó en 2015 pese a que el presidente seguía en el exilio. Los hutíes no pudieron ser expulsados de Saná y mantuvieron un sitio en Taiz, al sur del país. Desde allí se disparan cohetes y artillería hacia Arabia Saudita.
Los militantes yihadistas de Al Qaeda y sus rivales, grupos afiliados con el Estado Islámico (EI) tomaron el sur del país, y allí cometieron ataques letales, especialmente en Adén. Pero el lanzamiento en 2017 de un misil a Riad, la capital de Arabia Saudita, hizo que la coalición de occidente reforzara su bloqueo contra Yemen. A pesar de los esfuerzos realizados por la ONU para negociar un acuerdo de paz, todos han fracasado, y la Organización de las Naciones Unidas estima que las restricciones a Yemen podrían provocar “la mayor hambruna que el mundo ha visto en muchas décadas”.
4. Unas consecuencias devastadoras
La crisis de Yemen es, según las Naciones Unidas, el peor desastre humanitario causado por el hombre. Desde el comienzo de la guerra han muerto casi 7.000 ciudadanos, y al menos 10.700 han resultado heridos según la ONU. Aunque más de la mitad de las muertes y heridas han sido causadas por los ataques aéreos de la coalición saudita, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU establece que los civiles yemeníes han sido víctimas de “implacables violaciones a la ley humanitaria internacional”. Y es que, además de las balas, las consecuencias económicas de la guerra han provocado numerosas muertes por hambruna y pobreza extrema. Además, en 2017 un brote de cólera afectó a un millón de personas. Más de 2.000 murieron, y se convirtió en la epidemia más grande y rápida jamás registrada, pues su extensión se provocó gracias a la destrucción de los sistemas de alcantarillado y saneamiento del país durante la guerra.
Una nueva enfermedad, el Covid-19, ha dejado desde el inicio de la pandemia 2.067 infectados y 601 muertos en todo el país según la ONU. La gran amenaza sanitaria para Yemen es ahora el virus provocado por el dengue, que se transmite a través de mosquitos. La enfermedad ha infectado a más de 52.000 casos en todo el país, aunque también han resurgido algunas enfermedades como el cólera o la difteria, y han surgido otras nuevas, como la chikunguya.
Casi el 75% de la población yemení (22.2 millones de personas) necesita asistencia humanitaria urgente. 11.3 millones de ellos necesitan ayuda inmediata para sobrevivir. Según Naciones Unidas, hay 14 millones de personas que sufren inseguridad alimentaria. De ellos, 8.5 millones ni siquiera tienen una comida al día. La malnutrición aguda amenaza la vida de unos 400.000 niños menores de 5 años. La situación del país es peor aún porque solo la mitad de los hospitales y centros sanitarios del país funcionan completamente. La carencia sanitaria de los yemeníes es cada vez más real.
5. La guerra olvidada
El conflicto yemení es actualmente la peor crisis humanitaria del mundo, pero aún así el conflicto de Yemen es calificado como “la guerra olvidada”, porque no recibe atención ni ayuda de casi ningún país. Los países occidentales temen la amenaza que los ataques que surjan de este país puedan traer consecuencias por la inestabilidad política, social y humanitaria. Además, Al Qaeda de la Península Arábiga es considerado como la rama más peligrosa de la organización terrorista por su alcance mundial y las técnicas utilizadas, lo que da lugar a una preocupación por la posibilidad de que el Estado Islámico encuentre apoyos en Yemen.
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