«El cambio ha llegado ya a Andalucía», ha anunciado Juan Manuel Moreno Bonilla esta mañana en el pleno de investidura por el que se pone fin a los 36 años de gobiernos socialistas. Bonilla ha pedido que todos los partidos admitan el «cambio tranquilo con respeto institucional». Con esto, el futuro presidente de la Junta ha afirmado que los representantes políticos están «obligados a interpretar con acierto la voluntad de los andaluces y a cumplir el mandato de cambio surgido en las urnas».
El líder del PP andaluz ha afirmado que «el nuevo Gobierno de cambio obliga al diálogo sin cordones sanitarios», haciendo referencia al rechazo de Vox y su papel en el nuevo gobierno andaluz de «centro-derecha». Asimismo, el candidato popular ha establecido que acepta este mandato «con humildad» y se ha comprometido a cumplir el deseo de los andaluces que han votado a los populares, «porque han votado cambio y, además, han votado diálogo, lo que nos obliga a hacer del diálogo la savia nueva de la política andaluza».
Bonilla ha declarado que quiere ser un presidente reformista, pero «para hacer reformas se necesita tiempo y apoyo suficiente. Y se necesita diálogo. No renuncio a hablar con nadie». Así, con una cita de Adolfo Suárez para afrontar la «normalidad», defendía que «soy una persona normal y voy a gobernar desde la normalidad». Sin embargo, la normalidad no estaba del todo sentada fuera del Parlamento. Unas dos mil personas movilizadas por el PSOE andaluz y organizaciones feministas protestaban contra las medidas negacionistas hacia la violencia machista de Vox: «¡Fuera machistas del Parlamento!; «Nuestros derechos no se negocian».
Moreno ha defendido la importancia de la alternancia política en una comunidad que, hasta ahora, nunca la había tenido: «La alternancia es propia y consustancial al régimen democrático. Es más, lo fortalece. Es positiva, es deseable y es necesaria. Es el contrapeso a un posible proceso de degeneración política». No obstante, afirma que «el cambio que propongo es conciliador, pero también tiene que ser real. Todo no puede cambiar para que todo siga igual», teniendo en cuenta a una parte de Andalucía que no se identifica con el gobierno propuesto por la derecha.