Podría parecer una tarde de verano, de esas en las que solo apetece beberse algo fresco, reír, bailar y saltar con la compañía que te rodea. La temperatura, la ropa y la brisa sacan una sonrisa de felicidad. Y si volvemos a la realidad, no, no es verano. Es 8 de mayo. El estado de alarma está a punto de finalizar. Y, como dicen, la primavera la sangre altera. Y sí, podemos seguir riendo, saltando y bailando con Colectivo Panamera en la sala La Riviera.
El pasado sábado la banda ofreció dos conciertos consecutivos, el segundo con entradas agotadas, en una de las salas más emblemáticas de la capital madrileña. Dejando las penas a un lado, con todos sentados (eso sí) y las mascarillas puestas, arrancó la fiesta con Carretera, una de sus canciones con más ritmo, a la que le siguieron temas como La décima.
El trío forma una combinación perfecta. Nacho Taboada a la guitarra, Pepe Curioni al bajo y Vanja Polacek a la batería y los tres con su voz se unen para montar una fiesta cada vez que ven, y el hecho de dar un concierto para ellos supone felicidad. “Nos hacéis muy felices”, comentaban nada más finalizar la cuarta canción, Ninguna parte.
Colectivo Panamera, que combina multitud de géneros musicales, desde la cumbia hasta el calypso, pasando por la rumba, el carnavalito o el rock cosecha cada vez más éxito a nivel nacional e internacional. La pandemia les ha marcado un antes y un después en su carrera musical. “Ha sido un año de pensar mucho. Tuvimos un reto como banda: componer nuestro segundo disco, Mares por navegar“, explicaron. Y se compuso y se escuchó durante el concierto.
No se podría estar de pie, pero los cuerpos se movieron todo lo que pudieron con las melodías. Y es que sonaban “temazos”, comentaba el público mientras se iban Hacia el sur de un grupo desconocido hace cinco años pero que crece sin parar y está a punto de alcanzar, por ejemplo, los casi 200.000 oyentes mensuales en Spotify. Se debe, entre otras cosas, a su cercanía, entrega y atención.
Puede que no fueran conscientes, pero Colectivo Panamera despidió el estado de alarma con mucha música en directo en una fiesta con medidas de seguridad en la que todos eran amigos. El público en su totalidad se conocía la letra de las canciones. Las cantaban. Las bailaban. A ellos los conocían. Sabían a dónde iban. Y por si faltaban amistades, al escenario se subieron cuatro voces femeninas y una masculina que dieron un toque especial.
Y es que Colectivo Panamera tiene muy buenas amistades, tanto arriba como abajo de los escenarios. Valeria Castro fue la primera en subirse e interpretar con la banda La Despedida, marchándose al igual que entró, con muchos aplausos. Los temas continuaban y más tarde se subió Rozalén con un Te lleno dentro lleno de ritmo. El cantante Muerdo tampoco se perdió el evento y cantó El Arenal. Le siguieron Tyna Ros y Sofía Ellar, que anima siempre. Nadie quiere separarse de ellos.
“Para olvidar, para olvidar”, recoge una de sus canciones. Como para olvidar este concierto, en el que se cantaron Las pequeñas cosas y las Pintas, hubo Centinelas para vigilar el cumplimiento de las medidas de seguridad y acabó con Flow.
La gira que comenzó en Zaragoza el 17 de abril prevé una primavera y un verano cargado de diversión. Colectivo Panamera ya pasado por Sevilla y Valencia, pero en este mes también visitarán La Palma con cuatro sesiones donde las entradas se han agotado. Además, pararán en Almazán, Córdoba y Málaga. En junio está confirmado de momento Barcelona y Fuengirola y para otoño el Teatro Cajagranada en la ciudad de la Alhambra.
A ver si el ritmo de vacunación progresa adecuadamente y esta gira de conciertos que empezó con todos sentados, ellos incluidos, cambia. Porque la alegría, la energía y el buenrollismo que transmiten es para celebrarlo de pie.
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