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Bastille pone el listón alto en Madrid

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Para Bastille la puesta en escena no es Baladí. Foto: Ignacio García, Infodiario.

Apenas dos años después de que la banda británica pisara por primera vez los escenarios españoles fuera de los macrofestivales, Bastille vuelve a la carga con su ‘Still Avoiding Tomorrow Tour’ en Madrid y Barcelona. La gira tiene el pretexto de presentar su aún no lanzado tercer disco de estudio Doom Days, del que ya se puede catar oficialmente su single Quarter Past Midnight.

Esa primera visita del grupo hace dos años dejó un gran sabor de boca al público y la crítica, así que esta vez el listón estaba alto. Dar un concierto entre semana es arriesgado y eso se ha visto reflejado en el aforo. A pesar de un Palacio de Vistalegre de Madrid a medio llenar, han conseguido levantar hasta al público de las gradas con sus sólidos ritmos electrónicos y sus estribillos inmensos y coloridos. Bastille aúna lo mejor del pop electrónico con toques de rock en sus ritmos y crean una mezcla que es imposible que pase inadvertida a los oídos de cualquier persona.

Tras una críptica introducción a piano versionando Wild World, el clásico de Cat Stevens, inician el concierto haciendo alarde de su nuevo single, Quarter Past Midnight, que el público ha recibido como si fuese un himno ya establecido de la banda. Dan Smith, a la voz, alternaba su envidiable faceta vocal con el teclado en algunos temas y la percusión cuando el ambiente cogía más color. Con Things We Lost el cantante se ha aventurado a los timbales y los fans han respondido dejándose la garganta y cantando al unísono sus versos. La ejecución de Bastille es extremadamente limpia, ofreciendo un directo muy correcto, que reproduce los temas originales a niveles de orfebre. A esto hay que sumarle sus estribillos que cuando son coreados por el público suenan como una mole que hace temblar el suelo.

Antes de presentar The Currents, el frontman no ha podido evitar cargar contra el Brexit y Trump o, como él mismo ha dicho, contra todo aquel que se dedique a “extender el odio”. Conforme se sucedía el concierto el conjunto intercalaba temas inéditos previstos en el próximo álbum con clásicos de sus dos discos de estudio anteriores y de sus cuatro mixtapes. Una de estas nuevas canciones presentadas ha sido 4AM, con la que Smith ha demostrado que no necesita mucho esfuerzo para usar su impecable registro vocal ya que la ha cantado de principio a fin tirado en un sofá a modo siesta. Se trata de un tema con las líneas principales de voz y guitarra a la que se suman una percusión y unos sintetizadores sobrios, muy intimista comparado con lo que habían mostrado hasta el momento en su repertorio. En Two Evils, Smith y Will Farquarson se han enfrentado solamente con la voz y la guitarra, respectivamente, ante un Palacio de Vistalegre escuchando en silencio y atónito. Pero sin duda el momento culmen de la noche ha llegado de la mano de  Pompeii, y se ha notado porque no ha faltado nadie en el público que no cantase y saltase con los coros de la canción.

Dan Smith ha sabido dar constantemente al público lo que quería: una buena dosis constante de movimiento para entrar en calor y una espléndida muestra de su capacidad vocal. Si a esto se le suma una ejecución impoluta y unas canciones pegadizas que rozan el mainstream, se puede asegurar que la carrera del grupo no ha hecho nada más que despegar y que queda Bastille para rato. Y eso no le molesta a nadie.

 

 

 

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