Si hay algo que cada vez más se reivindica es la ausencia de mujeres en los libros de texto. En conmemoración del Día de las Escritoras, estas son algunas de aquellas mujeres que dejaron su huella por la Literatura.
Jane Austen
Escritora georgiana por excelencia. A caballo entre Southampton y Bath, fue pionera en un género donde las protagonistas eran las mujeres. Emma, Elinor y Marianne, las hermanas Bennet, todas ellas importantes. Pero, sin duda, la más peculiar es Elizabeth Bennet. Fuerte, luchadora, inteligente, con sentido crítico y con las cosas muy claras. La menos querida por su madre, pero la más adorada por su padre gracias a su brillante intelecto. Decidida a casarse por amor, Lizzy, como la llaman, amenaza con la soltería. Una heroína, natural, humana. Así la retrata Jane Austen en su obra maestra, Orgullo y Prejuicio.
Las hermanas Brontë
Charlotte, Emily y Anne Brontë no tuvieron una vida fácil. Estas tres hermanas vivieron de cerca el machismo de una época en la que no pudieron disfrutar del éxito que merecían sus obras. De hecho, Charlotte tuvo que publicar Jane Eyre con un seudónimo masculino para que su nombre no viera la luz. Pero hoy día, su obra es vista como uno de los primeros libros feministas de la literatura. Y es que, en Jane Eyre, la mayor de las Brontë refleja a una mujer fuerte, resistente, que se enfrenta a toda la autoridad que se precie para defender sus derechos, que no paran de quebrantarse.
En la misma situación que su hermana, Emily tuvo que usar un seudónimo para ocultar su identidad con su única novela, Cumbres Borrascosas. A través de la pasión de Catherine (Kitty) y Heathcliff se muestra un nuevo camino de la literatura: el alcoholismo, el maltrato o la decisión de la mujer. Aunque en un principio el libro se consideró salvaje y grosero por los críticos, hoy se aprecia como una visión pura y profunda del alma romántica inglesa, y se ha convertido en uno de los clásicos más importantes de la época victoriana en Reino Unido.
La desconocida Anne tuvo menos suerte. La pequeña de las Brontë no consiguió el éxito de sus hermanas, pero su único libro, Agnes Grey, no merece menos reconocimiento que los ya nombrados. Breve, sorprendente, reveladora, psicológica, romántica… Con un final curioso, la novela cuenta la vida de una institutriz a la que le toca enfrentarse a los problemas que asolan a una mujer joven para tomar las riendas de los niños mimados de la clase alta.
Emilia Pardo Bazán
Periodista, novelista, escritora, conferenciante, ensayista, crítica literaria, poetisa, dramaturga, catedrática, traductora, editora y feminista. Emilia marcó la historia de la literatura española porque fue precursora de sus ideas sobre los derechos de las mujeres y el feminismo. Con tristeza por observar el atraso español respecto a otros países de Europa, Bazán impulsó el naturalismo en el país, copiado de Francia, y que se puede observar en novelas como Los pazos de Ulloa o La cuestión palpitante, donde trata costumbres que hasta entonces se guardaban ocultas.
Patricia Highsmith 
Aunque en un principio la tacharon de misógina y misántropa por la publicación de sus Cuentos misóginos, la estadounidense Patricia Highsmith es un hito para el mundo lésbico. Amaba los gatos y lucía estilo garçon para vestir. Pese a que su obra literaria gira generalmente en torno a la vida de Tom Ripley, la novelista dejó un hueco importante para Carol, obra que la torturó durante toda su vida porque exponía su intimidad. Con esta novela, la autora descubre la sexualidad, su pasión por las mujeres “a las que amó como a nada, a las que maltrató como a nadie” en la sociedad americana de los años 50. Highsmith solo reconoció que era la artífice de la novela años más tarde, en el prólogo de la edición londinense de su libro.
