El candidato por el Partido Socialista, Antonio Costa, ha sido el claro vencedor de las elecciones generales de Portugal. Los comicios, que tuvieron lugar en el día de ayer, dieron al PS una amplia mayoría de 106 escaños, a tan solo 10 de la mayoría absoluta.
El parlamento reúne en Portugal un total de 230 diputados y la mayoría absoluta se sitúa en los 116. En consecuencia, Antonio Costa podrá elegir entre el apoyo del Bloco de Esquerda (BE) o de la coalición del Partido Comunista y los verdes, ya que solo seria necesario el apoyo de uno de ellos. Costa tras conocer los resultados, ha afirmado que el PS “es garantía de estabilidad, equilibrio y sentido común”.
El líder del Partido Comunista, Jerónimo de Sousa, ha declarado que no le otorgará su apoyo al partido socialista a no ser que estos acepten sus condiciones. Entre ellas se encuentra una subida general de los salarios de 90 euros mensuales, así como la fijación del salario mínimo en 850 euros, 250 más que el actual. También la supresión de la reforma laboral impuesta por el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional.
El Bloco de Caterina Martins también se ha mostrado reacio a repetir los acuerdos de la legislatura anterior. La líder ha declarado que no se repetirá el acuerdo de legislatura conocido como geringonça, sino que en su lugar se producirá una negociación año a año enfocadas en la sanidad pública y el trabajo precario.
La derecha por su parte, representada por el Centro Democrático Social y el Partido Social Demócrata mantendrá su lugar en la oposición al igual que estos últimos cuatro años. El efecto del “voto útil” sin embargo ha favorecido especialmente a Rui Rio, líder del PSD. La participación fue reducida, con una abstención de casi el 45%, aunque hay que tener en cuenta el gran aumento del censo a los 10,8 millones tras la reforma legal que censó a todos los emigrantes del país.
