En 1993, la Centenaria Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Nueva Carteya, Córdoba, irrumpió en la Semana Santa con la novedosa y refrescante genialidad de portar la sagrada Imagen de Nuestro Señor a costal. Revolucionó la forma de entender la Semana Mayor en este municipio cordobés y se constituyeron en el adalid de esta forma de “hacer caminar” a Cristo engrandeciendo sobresalientemente esta celebración religiosa, imbricada, como en tantos pueblos y ciudades, en su misma idiosincrasia.
Si la Cofradía del Nazareno se remonta a los inicios fundacionales de Nueva Carteya (fundada en 1822), pese a las reticencias de una Autoridad Eclesiástica que anuló todas las Cofradías de principios del siglo XX, sigue abanderando la devoción de un pueblo humilde y trabajador, todo sea que el Señor es el Señor de los humildes que trabajan con denuedo el campo, preparado para que el Nazareno bendiga el inmenso mar de olivos, única riqueza de esta tierra.
La Cofradía celebra el XXV Aniversario de la constitución de sus primeras cuadrillas de costaleros a lo grande: su recién estrenada Casa de Hermandad será el Templo cuya bóveda serán el cielo azul que Dios quiera pronto riegue los campos y los cultivos. Un día después de la Fiesta de la Exaltación de la Cruz, el Nazareno procesionará hoy a Costal, que era exclusivo para su Estación de Penitencia del Jueves Santo. Un día después de la Exaltación de la Cruz, Jesús recorrerá en un largo recorrido las calles de esta joven municipio, para derramar en cuantas casas y familias que sufren el bálsamo suave de su compasión y su ternura. No está lejos el Señor de los que sufren, que no lo está. Caminará suavemente, muy despacio, porque la tarde y la noche quieren ser eternas; el manto de cal blanca que viste de novia a Nueva Carteya será la cohorte que custodie a estos costaleros de buena fe y sangre, el bienoliente lirio que exornará el imponente trono que lo porta.
El XXV Aniversario de la constitución de la primera cuadrilla de costaleros lo celebran andando, que es como se hace camino en letra del poeta, convirtiendo cada paso de amor en padrenuestros y avemarías por los que sufren en silencio, por los que no llegan a final de mes, por lo que no tienen ni para tener y por los que están solos con su soledad. Por los que son incomprendidos, criticados e injustamente vejados, que haberlos, los hay muchos.
Tras su Cruz le seguiremos con nuestra cruz más pequeñita que la suya: la cruz del sufrimiento y la enfermedad, la del desempleo, la de las familias rotas y la de los niños malitos o explotados en tantos lugares del mundo. Seguiremos su Cruz que es Redentora, Liberadora, Triunfal y alzada; que dignifica al hombre hasta sus entrañas y lo más profundo y oculto.
¡Costaleros del Nazareno! ¡Costaleros de la Vida y de la Verdad! ¡Costaleros de la Palabra encarnada! ¡Costaleros Evangelios vivientes! ¡Nazarenos penitentes que os merecéis la gloria!
Dichosa Centenaria Cofradía que acercas tanto al pueblo el Señor con la Cruz a cuestas ¡Felicidades! ¡Felicidades, hermanos costaleros! ¡Felicidades, buena gente!